
" Meta: saber todo "
Para Bubú...
Ahora sí, pasamos a analizar la última de las películas votadas por los participantes de esta página, la cinta ganadora del Oscar a la Mejor película de habla no inglesa en el año 2007, La vida de los otros. Es una película alemana del director Florian Henckel-Donnersmarck, que posiblemente os sorprenderá por su reciente película The tourist, protagonizada por Angelina Jolie y Johnny Deep. Sin irnos por las ramas, el film que nos ocupa está protagonizado por Ulrich Mule, Martina Gledeck, Sebastian Koch y otro elenco de secundarios que apoyan muy bien las interpretaciones protagonistas.
La historia se desarrolla en la Alemania del Este, la RDA, durante los años 80, en concreto desde el año 1984 hasta pasados dos años desde la Caída del Muro de Berlín en el año 1989. Durante este período conoceremos al capitán de la Stasi Gerd Wiesler, un hombre metódico, competente y milimetrado en todas sus acciones, al que se encargará la misión de espiar a una pareja de artistas: el escritor teatral Georg Dreyman y la popular actriz Cristina-Maria Sieland, por orden del Ministro de Cultura. En este contexto conoceremos mejor la fría y mecánica mente del oficial de la Stasi y el choque emocional que le producirá, fundamentalmente, ver la pasión y el amor con el que viven la pareja de artistas, y la corrupción que impera en el Comité Central del Partido.
El primer hecho lo podemos ver representado en la figura de Cristina: al principio podemos intuir cómo se enamora de ella en el teatro (no se dice explícitamente pero tampoco lo contrario) y más aún de la relación que ésta mantiene con su marido. Una relación que este hombre solitario solo puede llegar a imaginar, o intentar experimentar con prostitutas. El pilar fundamental y emocional de la película creo que coincidirían en este hecho, ya que es lo que motivará a este personaje a replantearse su vida y sus acciones. En este sentido la dirección de la película es del todo genial, ya que en ningún momento veremos ninguna conversación, pensamiento o monólogo interior que nos lleven a estas conclusiones, sino la técnica de la cámara, el montaje y la dirección sonlas que nos conducen por ese sendero (a nosotros y al personaje).
El segundo hecho lo veremos escenificado en un primer momento por el Ministro de Cultura, que con su obesidad (y semidesnudez en el coche, sus tocamientos a Maria, sus miradas lascivas) nos transmitirá un asco calculado y conectado con sus actos corruptos. Esa conversación tras la caída del Muro con Georg sobre sus relaciones sexuales con Cristina es una prueba de ello, así como el poder que manifiesta poseer incluyendo arbitrariamente a sujetos de la profesión en una lista negra, eliminando las posibilidades profesionales de estas personas, iniciando y concluyendo investigaciones de la Stasi, etc. Es importante porque su poder no deriva de su condición de Ministro (sorprendería la amplísima gama de facultades que posee respecto de su ámbito cultural), sino de miembro del Comité Central del Partido.
Pero más importante que este sujeto es el amigo de la infancia de Wiesler, que personifica la ascensión por las barbas del Partido utilizando todas las tácticas y tretas posibles para satisfacer su ansia de poder y éxito personal. Es el reflejo del trabajador y meticuloso Wiesler, y del aprovechamiento de su gloria por parte de terceros.
Estos dos puntos no son casuales o colaterales de la historia, ya que el director disecciona la vida y el clímax que se respiraba en la RDA mediante estas dos historias dentro de la misma película.
Nos pasearemos por la esfera intelectual de la Alemania comunista durante estos convulsos años y conoceremos las prácticas que llevaba a cabo el régimen para controlar todo aquellos que sus artistas podían decir o hacer. Se nos presenta una sociedad corrupta hasta la médula, en la que solo valían las relaciones de clientelismo propias de toda dictadura que se precie, con unos líderes políticos abúlicos y deseosos de encontrar trapos sucios con los que chantajear a sus ciudadanos, más que por motivos ideológicos.
Llegados a este punto parece imperativo comentar acerca de la Stasi: es el acrónimo del Ministerio para la Seguridad del Estado, era el órgano de inteligencia de la RDA, centrando sus actividades en la capital y siendo conocida por ser uno de los servicios de inteligencia más efectivos del mundo, hasta su desaparición en el año 1989. Tanto su estructura como fundamento se relacionan muy estrechamente con un órgano similar nacido en la URSS, con funciones idénticas.
La película tiene muchos puntos fuertes, como esa parte final en la que vemos a numerosos ciudadanos revisando los expedientes de inteligencia que se abrieron contra ellos (lo que vienen a ser escuchas clandestinas y seguimientos durante meses) así como los códigos en clave que denominaban a los agentes en activo.
El fotograma en el que vemos a Gerd y cómo una lágrima resbala por su mejilla lentamente (al más puro estilo Visconti) escuchando como se abrazan los artistas tras la violación por parte del Ministro sobre Cristina, sin duda un ejemplo que pone de manifiesto algunas notas de aquél cine de arte y ensayo prácticamente desaparecido actualmente.
Sin duda es auténtico arte realizado con una cámara, una película que todo el mundo debería ver.