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domingo, 14 de octubre de 2012

Danton




Me alegra comunicaros a todos la vuelta a la vida bloguera, y cinéfila, por mi parte, una vez se han reconducido de alguna manera algunos problemillas que en éste terrorífico mes de Septiembre han aparecido en el camino. Es por ello que me dispongo a comentaros una de las 10 películas que resultaron más agraciadas por las votaciones, Danton. Es verdad que no ha sido la que más puntos ha obtenido, diablos ni siquiera está entre las 4 más votadas, pero me parece bueno empezar por ella por la convulsa situación política que vivimos últimamente (y cuando digo últimamente parece que en realidad hay que echar la vista a unos cuantos años atrás). El contexto es la Francia post-revolucionaria de 1793 durante la instaurada época del Terror que Robespierre impone a golpe de guillotina. Pero quizás nos estamos adelantando a los acontecimientos, convendría comentar antes aspectos más prosaicos, como que la película que tenemos entre las manos es una creación del estupendo director Andrzej Wajda rodada en la primera mitad de los 80 como una producción franco-polaco-alemana, en la que tuvieron a bien actuar Gérard Depardieu como el célebre Danton, y Wojciech Pszoniak como el personaje antagonista (al que a partir de ahora llamaremos Robespierre por la complejidad del nombre y apellido...).

Como decía, nos encontramos en una Francia totalmente convulsa, una Francia resacosa de la revolución que acabó con la Monarquía Absoluta de Luis XVI en la famosa toma de la Bastilla el año1789, hechos que ya todos conocemos y en los que no nos detendremos mucho más. El ambiente social comienza a oscurecerse con una población que se ve de nuevo entre la miseria y el hambre que ya conocieron en épocas anteriores, lo que hace aumentar las dudas sobre el triunfo de la Revolución, motivo por el cual aparece Maximiliano Robespierre con sus jacobinos en escena para instaurar "El Reino del Terror", una camarilla de señores que deciden en nombre del resto por el bien común, aplicando las leyes y medidas a golpe de guillotina sobre aquéllos que no se encuentren agusto entre sus medidas. Esto eleva la conflictividad social hasta límites insospechados, llegando a tambalear los cimientos de los propios ideales revolucionarios, lo que conduce a uno de los grandes héroes de la revolución, George Danton, a abandonar su retiro en Aurbe para regresar a París y enfrentarse abiertamente a Robespierre.

La verdad es que hay mucho que comentar acerca de la película, lo primero sea quizás el tono que tiene de producción europea, con toques casi teatrales en los que los dos grandes protagonistas se dejan llevar por grandes e histriónicos discursos, con contados escenarios y pocos personajes. Ocurre algo similar a lo que se percibe en la Kermesse Heróica (también comentada en este blog), donde también da la sensación de estar asistiendo a una obra de teatro, no ya sólo por la puesta en escena y localizaciones, sino también por los guiones de ambas.
Ante el conflicto que la historia plantea, en un primer instante parece claro señalar que Danton se identifica con el bien, con la luz, los ideales de la Revolución y la pureza de los mismos, mientras que Robespierre se localiza en la oscuridad, el terror y el mal, el fanatismo que se lleva por delante todo aquello que pretenda adaptar esas normas a la sociedad existente. Pero lo cierto es que la situación no es tan sencilla como ese reflexión, ya que realmente al ahondar en la cinta vemos que el personaje de Robespierre tiene muchos más matices y aspectos de interés que el propio Danton, interpretación de Depardieu muy similar a la que realizara a manos de Bertolucci en Novecento. En este sentido vemos en Danton a un contestatario, con un punto de cinismo pero fuertes ideales, al que le da igual enfrentarse al poder aunque esto le cueste perder la cabeza. Enfrente, Robespierre muestra por un lado un desgaste físico y psíquico por el hecho de cargar con la responsabilidad de perpetuar con la Revolución y sus ideales (estupendas imágenes de éste con el niño y el verdadero adoctrinamiento al que es sometido por su madre, así como todas las imágenes de alcoba que son donde vemos al verdadero Robespierre), un hombre que se ve totalmente desquiciado por dicha responsabilidad, y mal aconsejado por una camarilla que en nada se diferencia de aquellos gabinetes de la corte que aconsejaban a los antiguos déspotas. Realmente ninguno estuvimos en ese momento histórico, lo que nos imposibilita juzgar con toda la objetividad a éste oscuro personaje, siempre ha sido presentado como un demonio a la mismísima altura de Torquemada o Fernando VII, pero la película logra mostrar un ser humano abrumado por una situación que es incapaz de controlar, un sesudo estadista, es cierto, pero incapaz de superar la popularidad y lavia del propio Danton (esos reproches de éste último al señalar que Robespierre es un espartano que vive al margen de su pueblo, lo cual es cierto, pero señalando también la frivolidad que rodea la persona de Danton, incapaz de tomarse en serio si quiera su propia muerte hasta el último momento).

En Danton lo que encontramos es a un libertador, un hombre que considera responsables a su generación de desvirtuar los ideales que lograron tomar la Bastilla para acabar instaurando una especie de dictadura similar a las anteriores monarquías, con un clímax de terror y autoritarismo modernizados. Es por ello que sale de su retiro y se enfrenta abiertamente a la Convención, sirviéndose de la guerra propagandística a través de los periódicos, pero fundamentalmente gracias a su verbo y popularidad, que es lo que realmente logran aterrorizar enfermizamente a Robespierre. Y es que otro de los muchos contrapuntos que se pueden encontrar en la película es el de la soledad de Robespierre, un hombre enfermo y encogido en su habitación, y la fortaleza, jovialidad y popularidad de Danton. Pese a que lo fácil es simpatizar con Danton y sus ideales, creo que el personaje que realmente queda bien retratado con sus luces (poquitas) y sombras es el de Robespierre, con una magnífica interpretación, pero también por el tratamiento que el guión y director le dan al personaje. Me parece que Danton queda como un personaje más arquetípico de este tipo de historias.

Curiosamente, investigando sobre la película, he leído por ahí que la crítica francesa se mostró descontenta con la presentación de Robespierre, pues consideraron que era más bien una caricatura. En cierto sentido tienen algo de razón, pues sus defectos se agudizan especialmente en su presentación física, es muy gráfico, así como las virtudes de Danton también se acentúan físicamente, pero creo que que esto no es algo negativo para el personaje de Robespierre, más bien al contrario, muestran un personaje lleno de matices totalmente diferentes, me parece realmente atractiva la forma en que se han acercado al mismo.

Es una película de época realmente bien recreada, creo que refleja bien el clímax político-social que debió sentirse en el Reino del Terror del famoso Robespierre, y ostenta la auténtica poesía visual que caracteriza a Andrzej Wajda, con esos planos de la llegada de Danton a Paris y su baño de multitudes, o esas miradas discretas hacia la enorme hoja de la guillotina con el cadalso empapado en un mar de sangre. Es una película muy psicológica, una partida de ajedrez entre dos antiguos compañeros de revolución que saben lo que se están jugando. Muy recomendable para todos aquellos adeptos de los thrillers (entre muchas comillas) políticos, pero también para cualquier amante del buen cine, es una grandísima película, de esas que ahora cuesta mucho encontrar en una cartelera.