Listado de películas por orden alfabético

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viernes, 18 de noviembre de 2011

The killing





" El descenso de Orfeo "



Hace unos días terminé de ver el nuevo producto que AMC lanzó al mercado allá por el mes de septiembre con una curiosa y magnética publicidad, ya que estaba inspirada (o algo más) en la mítica serie de culto Twin Peaks, poblando de carteles y publicidad con la cara de una chica y una inquietante frase debajo escrita en letras color rojo " ¿Quién mató a Rosie Larrsen?". La verdad que la cadena se ha puesto las pilas en esto de las series, recordar que es la encargada de llevar a cabo las temporadas de The Walking Dead, y es posiblemente, junto con Fx, la principal competidora de HBO en norteamerica. Sus historias tienen un tono diferente a las de los productos HBO, posiblemente mucho menos originales, pero lo cierto es que la fórmula de momento les funciona.

Nos situamos en la oscura, bizarra y lluviosa ciudad de Seattle, que ya acogiera entre sus calles las historias del Doctor Frasier Crane, para ahora contener a un peligroso asesino. En el maletero de un coche arrojado a un lago aparece el cadáver de la joven Rosie Larrsen, mientras su familia vuelve loca a la policía y conocidos para lograr encontrarla. Tras una aproximación a la investigación del vehículo, éste resulta estar adscrito a los coches de la campaña que el aspirante a alcalde Darren Richmond ha contratado. Esto no hará sino complicarse aún más en los episodios que se irán sucediendo. Serán los detectives Sarah Linden y Stephen Holder quienes deberán resolver el entuerto y encontrar al sádico asesino de Rosie luchando entre burocracia, redes islámicas, prostitución y un sin fin de trabas que los notables de la ciudad les pondrán en su camino.

Lo cierto es que la serie adapta una historia previa danesa, que cuenta exactamente lo mismo pero con un final distinto. El que esto escribe ha podido ver ambas y la verdad es que me gusta mucho más el simbolismo y misticismo de la versión USA que la original, está bastante mejor ambientada en la oscuridad de Seattle. A pesar de esto, hay que apuntar que la original es mucho más realista, una investigación en toda regla que se desarrolla muy poco a poco, no se sacan personajes ni situaciones de la manga, sino que todo es consecuencia lógica de un largo proceso de investigación. Un elemento decisivo son los personajes, mucho más cercanos a nosotros los planteados por la americana que los nórdicos de la danesa. Con todo, merece la pena ver ambas para compararlas, pero creo que me quedo con los yankees.

El planteamiento en realidad es muy simple: aplicar la fórmula Twin Peaks, tomando de paso una historia cuyo éxito ya se ha comprobado en Europa, pero adaptándolo a los cánones del mundo contemporáneo que nos toca vivir. Así, tendremos el asesinato de una chica jóven, quinceañera, y un gran número (quizás excesivo en ocasiones) de capítulos en los que veremos el sufrimiento de la familia. Está especialmente bien retratado el modo en que los padres asumen la muerte de un hijo, bien distinto en cada progenitor, y cómo entienden que todavía tienen 2 hijos más a su cargo a los que deben sacar adelante.
Se adapta a nuestros días en el sentido de que toca determinados temas, por ejemplo los sospechosos en un principio son los compañeros de clase de Rosie, que ahora visten y se comportan de un modo muy distinto al que lo hacían los "rebeldes" en Twin Peaks, seguidamente el punto de mira se pone en los profesores, introducirán cuestiones relacionadas con redes islamistas y también con la campaña política.

Otro punto que me encanta sobre el tratamiento de la historia y los personajes es su oscuridad, o su sordidez, que remiten mucho al Hard-Boiled americano de Hammet o Ellroy, e incluso al más actual Tartain Noire de Ian Rankin o David Peace, con ambientes lúgubres en los que se citan camellos, prostitutas, policías con los mismos vicios que los delincuentes que persiguen, la ciudad acaba convirtiéndose en una auténtica jungla de asfalto en la que hay que pelear para no perecer en el día a día. Precisamente pienso que la original danesa carece de esa sordidez, está más realizada al puro estilo nórdico, lo que le hace perder enteros. Es evidente que en este tipo de historias los americanos e ingleses tienen muchas más tablas (por algo crearon el género).

domingo, 6 de noviembre de 2011

El secuestro de Bunny Lake (Bunny Lake is missing)





" Espero que puedan dormir tranquilas, ahora que ya existen "



Hace un par de años pude ver una producción desconocida para mi, de un director hasta cierto punto también desconocido en mi memoria visual en un primer momento, pues cuando me dispuse a valorar su filmografía me di cuenta de la calidad de sus obras, no es otro sino Otto Preminguer, y la película que analizamos es la llamada El rapto de Bunny Lake. Es relativamente desconocida entre los clásicos del cine negro, del año 65 y filmada en blanco y negro. Está protagonizada por el genial Laurence Olivier, la bella Carol Lynley y Keir Dullea, entre otros.

La película nos cuenta una historia realmente inquietante: una mujer que acaba de mudarse con su hermano y su hija a Inglaterra, va a buscar a su hija a la guardería encontrándose con que la pequeña ha desaparecido. Todo es más extraño cuando en la guardería no saben absolutamente nada de la niña ni de la madre. Intervendrá el inspector de policía interpretado por Olivier (una vez más da una clase magistral de interpretación sin despeinarse ni ser uno de los principales del film) que investigará los sucesos planteándose si la señora Lake no sufrirá de alguna paranoia, o si la niña en realidad no existe y no es más que producto de su imaginación.

Si tuviese que encuadrar la película en algún género sería el del thriller psicológico, en el que nos planteamos si lo que vemos es real o ficticio, al más puro estilo Hitchcock. De hecho, toda la película está llena de sus influencias, de principio a fin. La forma de contar la historia con los planos, los diálogos ingeniosos entre todos los personajes hace que nos acordemos de films como Laura (del propio Preminger), La mujer del cuadro o La sombra de una duda.
Ya sabéis todos que mi punto débil es el cine clásico, pero creo realmente que el blanco y negro le da una fuerza tremenda a esta película, siendo todo mucho más sombrío e inquietante.

La historia se complica cada vez más cuando vemos que las contradicciones se suceden por todas partes, no hay ni un solo personaje libre de sospecha, y llegamos a plantearnos si la pequeña Bunny existe realmente.

Vemos el gusto del director por los planos largos (como el seguimiento que se hace a la señora Lake por las escaleras hasta llegar a la clase de los niños de 4º, para luego retroceder con ella) y por las puestas en escena muy trabajadas. El desarrollo de los personajes es simplemente fantástico, la evoluación es impresionante, incluso podría decirse que se produce una quijotización entre los dos hermanos, cambiando sus caracteres.
Además, creo que es de obligada reseña la modernidad de la historia y el film para el momento en que fue filmado: es una historia que después se ha repetido hasta la saciedad, y no siempre con los mismos resultados.

No hay mucho más que decir de este título, salvo que os lo recomiendo de obligado visionado para los amantes del cine negro y Hitchcockiano.

viernes, 4 de noviembre de 2011

23-F




" Ni está, ni se le espera"


Hace tiempo tuve la oportunidad de ver en televisión, en su momento no me llamó la atención para acercarme al cine, la película 23-F, realizada con motivo del aniversario de los tristes hechos que se dieron lugar el 23 de Febrero de 1981. La dirección corre a cargo de Chema de la Peña, y el elenco está poblado por caras muy conocidas para el cine y series españolas entre las que cabe destacar la actuación de Paco Tous (el Teniente de la Guardia Civil Antonio Tejero), Juan Diego (el General Armada) y Fernando Cayo (el rey Juan Carlos de Borbón).

La película narra los acontecimientos ocurridos entre el 23 y 24 de febrero, momento en que tuvo lugar la toma del Congreso de los Diputados por parte del Teniente de la Guardia Civil Antonio Tejero, aprehendiendo como rehenes a los diputados y personal funcionarial de la Cámara. Durante largas horas el Congreso fue sitiado por fuerzas policiales a la espera de la rendición de Tejero. Éste, por su parte, esperaba la llegada de fuerzas militares afines al golpe que debían salir de diversas ciudades españoles, por ejemplo la Acorazada Brunete en Madrid, o los tanques en levante. Finalmente, sólo Jaime Milans del Bosch sacó los tanques en Valencia. Nos mostrará estos hechos con un tono cuasi-documental, intercalando escenas reales con recreaciones de los actores antes citados. Para ello utiliza los casi 35 minutos de grabación que el archivo de TVE guarda bajo llave, los testimonios de las cámaras que no pudieron ser apagadas ni destruidas por los golpistas, por lo que le da a la película un aire bastante histórico.

Todo se desarrolla muy rápido: vemos a Tejero preparándose en su casa junto a su hija, los autobuses que salen de Campamento con todos los guardias civiles rebeldes (a pesar de que muchos pensaban que realizan simples maniobras o que iban a enfrentarse a grupos terroristas de la ETA) y la llegada y toma del Congreso. Hay varios momentos muy logrados a lo largo de la película, éste es uno de ellos. Pero la llegada al Congreso ante la mirada atónita de los parlamentarios es memorable.

Ver a un falso Gutiérrez Mellado levantarse y descomponerse al ver que Tejero no se cuadra ante sus órdenes (era Ministro de Defensa y máxima autoridad de todo el estamento militar, por tanto también de la Guardia Civil) o como Suárez y Carrillo se mantienen en sus asientos estoicos ante las metralletas. Todo ello se refleja a la perfección en la película.

Pero éstas imágenes ya las hemos visto mil veces, una recreación de este tipo tiene un valor muy relativo. Además, quizás uno de los puntos débiles de la cinta es que en esa misma recreación se pretenden actores con un parecido físico razonable con sus homónimos históricos. Algunos como Gutiérrez Mellado, Suárez o Carrillo están bien buscados. Otros como Tejero o Armada están representados a la perfección (todavía me estremezco ante ese Juan Diego que nos presenta un Armada aparentemente envejecido, no parece suponer una amenaza, pero luego se desvela como un auténtico manipulador), pero en cambio otros parecen grotescas caricaturas, como Felipe González o Guerra.

Comentaba que lo interesante de la película viene a ser, lo que no hemos visto. Por un lado, todas las conversaciones (recreadas por las grabaciones de archivo) que se producen dentro del Congreso entre Tejero y los ideólogos golpistas, así como con Juan Carrés (antiguo líder del sindicato vertical y muy afín a gente del diario franquista Alcázar). También todos los contubernios para desarrollar las manipulaciones de Armada o los intentos del Rey de desbaratar el Golpe.

A este respecto, hay numerosas teorías conspiranoicas sobre quiénes fueron los arquitectos últimos del Golpe, ya que sabemos quieres fueron sus autores materiales, pero realmente en la sociedad civil rodaron pocas cabezas. Unos dicen que el máximo organizador fue Armada, otros hablan del director del CNI, otros del propio Rey Juan Carlos. Como no somos tertulianos, creo que deberíamos centrarnos en los hechos históricos y, a decir verdad, creo que queda bastante unánime la fundamental intervención de Sabino Martínez Campos para acallar el “ruido de sables”, también perfectamente reflejado en la cinta.

Hay que mentar mil y una veces las interpretaciones de Paco Tous y Juan Diego, soberbias. El primero presentando a un Tejero fanático, con una mirada enturbiada por la locura y la intención de hacer pagar a los políticos su inoperancia ante lo que el considera un agravio hacia la Guardia Civil, y hacia España, que muere casi día a día en atentados de la ETA. El segundo nos muestra a una especie de abuelito inofensivo, que se arrastra sinuosamente, literalmente, como una serpiente entre los despachos y pasillos del poder manipulando absolutamente todo para lograr presidir un Gobierno de concentración con presencia de los militares.

En definitiva, el único "pero" que puede ponerse a la película es el escaso público que fue a verla, posiblemente por los prejuicios que le asaltan a uno ante lo que puede ver en pantalla. Creo que por estos lares deberíamos empezar a olvidar el rechazo que nos produce todo aquello que sea "made in Spain" simplemente por el mero hecho de serlo. Comentarios como "no escucho eso porque es en español y claro...." o " es que a mi las películas y series españolas..." deben quedar en desuso pronto, ante la incontestable calidad de muchos productos. Merece muchísimo la pena.

martes, 1 de noviembre de 2011

Oleanna




" Cualquier posición que tome, será errónea "



Llegamos al final de este II Especial dedicado a los participantes del presente blog con el análisis de la última de las 10 películas más votadas, Oleanna, dirigida por David Mamet en el año 1994 y frecuentemente adaptada al teatro en distintas versiones, tanto en EEUU como en nuestro país España (el Teatro Real la ha llevado a su sala de la mano de José Coronado en el papel masculino). Antes de nada no puedo más que agradecerle de nuevo a Edu su colaboración con el presente blog para encontrar la película, pues de otro modo hubiera sido muy difícil.

Seguimos con la película, protagonizada por William H. Macy y Debra Eisenstadt, la historia versa sobre un incidente producido en la Universidad entre uno de sus más prometedores docentes y una alumna inquieta. La estructura como véis es de 2 personajes, con pocos escenarios y una historia aparentemente sencilla, que se irá desarrollando poco a poco para presentar diversas y complicadas ramificaciones dentro del típico juego de Mamet por el cual "nada es lo que parece". Tiene una clarísima vertiente teatral, de hecho fue escrita pensando en que fuera una obra de teatro, lo que se refleja en su desarrollo, escenarios, fotogramas y, por supuesto, en el hecho de que sólo contamos con dos personajes, muy al punto de La Huella de Olivier o de Carnage de Polanski, que sólo cuenta con 4 personajes.
Si quisiésemos resumir en una frase el argumento de Oleanna, podríamos decir que versa sobre el poder que ostenta un profesor universitario, un profesor muy cercano a la cátedra emérita, sobre sus alumnos. Pero hay más cosas detrás.

Esta película es la excusa perfecta para hablar de su director y guionista, David Mamet, un escritor y director que merece mucho la pena por lo que cuenta, lo que deja intuir, y lo que deja de contar, todo ello entremezclado en una historia con personajes interpretados por el llamado método, actores provenientes del teatro, etc. De hecho el teatro impregna e influye todo en la obra de Mamet, desde el desarrollo de la historia al de los personajes, desde la dirección y movimientos de cámara hasta el modo en que sus actores deben interpretar delante de la pantalla. Otra característica fundamental es que nunca sabremos cuáles son las verdaderas intenciones, los verdaderos gestos, ni si sus pesonajes nos dicen realmente la verdad. Es más, frecuentemente la regla es engañar al espectador, prácticamente todo lo presentado durante la primera parte de sus películas será desmontado en la segunda. Esto tiene la virtud de presentar un director muy canalla, con un punto rebelde que le ha hecho ser respetado en este negocio, pero la parte negativa es la previsibilidad de sus historias. Cuando uno ve La trama (The Spanish Prisioner) puede atender a todas estas características de su cine, el problema reside en ver una de sus últimas películas El último golpe (Heist) en la que, aunque es una gran historia, con un nunca lo suficientemente valorado Gene Hackman, ya vamos avisados de que no todo lo que se nos diga será cierto.
Es una forma de dirigir y valorar las historias que rompe absolutamente con los cánones del género, donde los desarrollos eran lógicos, seguían un orden marcado por el guión, algo que aquí no se respetará para sorprender totalmente al espectador. En ese sentido, puede acusársele de ser un tanto tramposo, pero no es menos entretenido por ello.

Repasando su filmografía, podemos ver su participación en los guiones de El cartero siempre llama dos veces, Los intocables de Elliot Ness, Glengarry Glen Ross, Hoffa: pulso al poder, La cortina de humo, Ronin, El caso Winslow o Hannibal, todas ellas películas interesantes como poco. Y entre las más importantes películas que ha dirigido, además de escribir su guión, podemos citar Homicidio, La trama, El último golpe y la presente Oleanna.

Finalmente, la influencia de Oleanna es grande, habla sobre temas universales como la educación, las relaciones de poder, etc. Y la influencia de su director es mayor aún, tomando el relevo de aquéllas grandes historias que se trasplantaban de las tablas del teatro a las pantallas de cine, utilizando registros puramente Hitchcockianos, con suspense y un thriller monótono al principio que acaba desbocándose finalmente para demostrar que todo lo que creíamos al principio es totalmente inverso al final.

Uno de los más importantes, y desconocidos a nivel general, directores contemporáneos.

S-21 La máquina roja de matar (The Khmer Rouge Killing Machine)




" En un mundo en el que todos eran víctimas,¿quién puede decir: yo no lo fui? "



Antes de comenzar, me gustaría agradeceros a todos los que me habéis mandado vías para obtener la película, especialmente a Edu, que es de quien lo he conseguido finalmente. De paso aprovechar para recomendaros visitar el interesante blog que abrió hace unos meses sobre los Balcanes, bautizado como Yugoslavos. Me váis a disculpar por la tardanza, pero el tiempo cada vez me es más escaso, por lo que tardo un poco en sacar las crónicas del horno y algunas, como es el caso, van a descansar un poco más en vuestros comentarios que en el texto de la entrada en sí. De todas formas intentaré seguir con una cierta frecuencia en las actualizaciones.

La máquina roja de matar es una película francesa realizada el año 2003, pero estrenada en 2009 para ser paseada por numerosos festivales europeos, obteniendo bastante renombre. En esta ocasión vamos a tener la oportunidad de visitar Camboya en los años 70, bajo el régimen de los Jemeres Rojos (Partido Comunista de Camboya), concretamente en la provincia de Phonm Penh, donde se situaba el S-21. Estas siniestras siglas guardan el nombre de "Agencia de seguridad", el principal centro de detención del partido donde alrededor de 18.000 prisioneros fueron torturados, interrogados y ejecutados.
Actualmente el S-21 se ha convertido en un Museo sobre Genocidio, un lugar perfecto para encontrar a víctimas y verdugos casi 40 años después para enfrentar sus declaraciones.

Una vez terminada la Guerra de Vietnam y expulsados los norteamericanos, aparece un régimen de aparente inspiración maoísta en Camboya que esconde tras de sí un programa radical de economía agraria, totalitario, bajo la consigna de la destrucción de todo aquéllo que fuera social o culturalmente urbano. Bajo la férrea mano de su líder Pol Pot, durante los años 1975 a 1979 se desarrollará este régimen en lo que se conoce como "el genocidio camboyano", juzgado actualmente por un Tribunal Internacional ad hoc sobre crímenes de guerra.
En 1979 terminó el régimen de los Jemeres con la invasión vietnamita de Camboya, pero lejos de desaparecer se transformarían en una guerrilla dentro del contexto internacional de Guerra Fría, y lejos de ser considerados enemigos serían aliados de los EEUU.

La película tiene un clarísimo tono documental que nos recuerda ineludiblemente a otros largometrajes como Shoa (viene a ser exactamente la misma idea que S-21 pero desde la óptica de un campo de concentración), o incluso algunos de producción nacional como Queridísimos Verdugos (una crónica de la España negra del "garrote vil" donde se entrevistan a los principales verdugos durante el franquismo, así como a los familiares de los ajusticiados), para las cuales se exige tener unos redaños importantes a la hora de consumir sus imagenes. Se intercalarán escenas de archivo, como la victoria de los jemeres, con entrevistas a sus protagonistas, así como algunas de sus tropelías, para lo cual hay que intentar no alejar la mirada, incluso más desde una óptica psicológica por los testimonios (reales) que se recogen, tanto de los verdugos como de las víctimas. Desde este punto de vista, la oportunidad de archivo y documental que nos ofrece no es para desdeñarla. También recuerda bastante, en la forma en que está filmada y desarrollada a El abogado del terror.

De los muchos detalles y dilemas que plantea la película, se me viene a la cabeza plantear 2 cuestiones fundamentales:

1. La primera de ella me recuerda a un debate también planteado por El lector, por el cual los carceleros, por llamarlos de alguna manera, se justifican alegando el cumplimiento del deber, el principio de disciplina. Es decir, "yo es que cumplía órdenes en una sociedad militarizada, ni si quiera me las planteaba, por tanto, no se me puede hacer responsable": Evidentemente, esto no es así, está clara la responsabilidad de estos individuos e incluso de toda una sociedad, como ocurre con la Alemania nazi. Pero parece curioso ver cómo todos estos movimientos, con diferencias ideológicas irreconciliables (que finalmente se ven más cercanos de lo que piensan) acaban recurriendo al mismo argumento para salvar el cuello.

2. La segunda cuestión que se me viene a la cabeza sería una pregunta, para la cual no tengo respuesta en este momento: ¿cómo puede continuar un país tras una tragedia semejante? un país que ve cómo víctimas y verdugos se ven avocados a convivir en el día a día y reconciliarse a la fuerza. Y no es una pregunta retórica ni metafísica, me pregunto cómo, en un sentido práctico y real, puede un país continuar su vida y desarrollo con unas diferencias tan sangrantes entre su población.

La verdad que S-21 La máquina roja de matar, es un documental de obligado visionado para todos, no solo aquellos interesados en el conflicto, con una gran calidad técnica e interés histórico.

Robotech: Saga Macross (The Macross Saga)





" Cuando al fin logramos la paz en nuestro planeta, nos enfrentamos a ser aniquilados por fuerzas externas cuyo poder está más allá de nuestra imaginación "



Lo cierto es que soy muy reacio a comentar animes o mangas, dibujos animados en general, porque suponen unas reglas diferentes a las que se aplican con el cine ordinario. Si a esto le sumamos que, personalísimamente, no me gustan los animes, pues la cosa se complica un poco más. Pero lo cierto es que es una experiencia como otra cualquiera, de modo que vamos allá y "al toro".

Lo primero que hay que decir al respecto es que Robotech supone algo más que una serie de culto estrenada en 1985, constituye un universo propio que se ha ido expandiendo por películas y cómics a lo largo de los años. Viene a funcionar un poco al estilo Star Wars, Moral Kombat, la saga Depredador o incluso Alien.
Su origen tenemos que situarlo en las manos, o en la cabeza, del virtuoso Carl Macek
al idear tres sagas independientes argumentalmente que se desarrollan en un período conocido como la protocultura: una época en que se han combinado avances tecnológicos construidos por los humanos con tecnología extraterrestre obtenida gracias a una nave alienígena estrellada en el Pacífico Sur. De las tres sagas, nos centraremos en la Macroos, aunque hay que destacar que son tan "sólo" 36 de los 80 capítulos que componen el núcleo duro de la historia.

La Saga Macroos se centrará en la primera parte de la historia, donde nos narrará cómo la nave cae a la Tierra y los principales gobernante mundiales deciden aunar fuerzas para extraer la tecnología necesaria para lograr su reconstrucción.
El problema es que nadie se plantea la posible existencia de más naves como esa. Evidentemente, hay unos cuantos más de esa raza, en concreto aparecerán los Zentradis para recuperarla el día de su inauguración, momento en que podremos apreciar de lo que son capaces los pilotos terrestres con esa nueva tecnología, aviones de combate capaces de transformarse en robots tripulados en plena batalla.
Aunque, posteriormente, la cosa se irá complicando mucho más con una nueva raza alienígena y otros personajes, así como con el triángulo de amor de la historia.

Decir que la serie se convirtió en un icono entre los fans de los años 80 por diversas razones, pero quizás se puedan todas reducir al cuidado con el que está realizada. Cuidado en la música, digna del mejor John Williams, cuidado en las escenas, con unos dibujos que recogen la estética "idol" muy al estilo de otras series como Dragon Ball, los personaes están perfectamente considerados, acentuándose las expresiones faciales lo que permite jugar con sus emociones y construir historias complejas en las que se mezcla el amor, la ira, los celos, la amistad, etc. Aunque es una historia que deberíamos incluir en el género de ciencia ficción, es evidente que hay clarísimas notas del bélico, pues hay combates aéreos y espaciales capítulo tras capítulo, perfectamente realizados, pero también hay toques más melodramáticos con la historia de amor o incluso de suspende con las sub-tramas. Por ejemplo, la relación entre los 2 principales protagonistas masculinos es muy similar a la que podemos encontrar en el Top Gun de Tom Cruise, con acrobacias aéreas incluidas.

Finalmente, es una forma distinta de ver buen cine bélico y de ciencia ficción, con un tratamiento realmente cuidado, aunque especialmente dedicado a los fans del anime. Personalmente no salgo decepcionado de la experiencia, pero reconozco que no me siento cómodo en este ámbito, algo ajeno para el tipo de series o cine que suelo ver. Como digo, muy recomendable para aquellos interesados en recordar los viejos 80, series o historias como la grandiosa pulp Heavy Metal, aunque Robotech no tiene nada de pulp, y esas series que veíamos de niños al más puro estilo Dragon Ball, aunque quizás algo más madura.

Troya (Troy)




" Jóvenes que mueren, ancianos que parlotean, eso es la guerra"



Antes de seguir con el ciclo de votaciones impera una cuestión de procedimiento: me está siendo imposible localizar Oleanna y S-21. He conseguido encontrar algunos vínculos buceando mucho por la red, pero estaban rotos o inhabilitados. Llegados a este punto es claro que habría que sustituir ambos títulos, dejándolos en suspenso para el día en el que me haga con ellos y darles máxima prioridad. Mientras ese día no llegue, os propondría substituirlos por los 2 siguientes títulos más votados. Creo recordar que en un estadio inmediatamente siguiente de votos se encuentra La naranja mecánica y, ya en un nivel todavía más inferior, Rebeca y Chinatown. Personalmente me decantaría por La naranja... y Rebeca ya que han sido especialmente comentados y queridos en otras entradas, pero estoy abierto a sugerencias.


Sin más, pasamos a la película que hoy nos ocupa la crítica, la versión de La Ilíada que se estrenó en 2004 bajo el título de Troya. Es una versión del poema de Homero que contiene algún que otro elemento interesante pero, en su conjunto, tampoco es una gran película, no pasará a la Historia del cine y se deja ver con la misma facilidad con la que se olvida (parafraseando al bueno de Carlos Boyero).

Elementos interesantes de análisis, empezaríamos fundamentalmente por su director Wolfgang Petersen, un cineasta bastante peculiar que ha dado muchos bandazos a lo largo de su carrera, abanderando lo que se dio a conocer como "nuevo cine alemán", que intentaba emular la nouvelle vague francesa. Sin duda, lo más recordado de él será su claustrofóbica Das Boot: El submarino, en la que nos contaba las peripecias de la tripulación de un submarino alemán durante la II GM. Es una película de culto en algunos círculos que relata bastante bien el tema de la guerra submarina. También realizó Vivir y morir en Los Ángeles, obra menor de cine negro, y se centró en el género fantástico con La historia interminable y Enemigo mío, por lo que podemos ver que ha tocado diversos palos de la baraja.

El casting es otro dato que debemos valorar especialmente: nombres como Eric Bana, Orlando Bloom, Brian Cox, Brad Pitt, Peter O´Toole, Sean Bean, Diane Kruger, Brendan Gleeson, Julie Christie, se van a pasear por los 160 minutos de duración de la cinta. Y es que no estamos ya ante meros actores conocidos en el mundo de Hollywood o simples caras bonitas, sino que son buenos actores, muchos de ellos de reconocido prestigio.

En esta ocasión, parece claro encuadrar el género en el épico, pues asistiremos a una superproducción hollywoodiense típica, con fuegos de artificio, amores y desamores, muertes grandiosas, grandes batallas, etc. Todos esos elementos se meterán en la Termomix y se engarzarán en lo que pretende ser una adaptación fiel del poema homérico que prelude a La Odisea. La historia se centra en el conflicto bélico conocido como La Guerra de Troya, por el cual los griegos cercaron la ciudad fronteriza de Troya para terminar destruyéndola hasta reducirla a cenizas. Lo cierto es que, históricamente, no tiene mucha relación con el poema que Homero escribiera allá por la segunda mitad del S VIII a.c., pues el conflicto originariamente se desata por un tema de impuestos que los troyanos se niegan a asumir, algo que los griegos no pueden permitir por la importancia capital y estratégica que tenía Troya, era una ciudad fronteriza.
En el poema este contexto se adornará con historias de amor, dioses y semidioses que intervienen en el conflicto ayudando a uno y otro bando. Aquí el conflicto se desata por la huida que Paris emprende con Helena para continuar con el amor que ambos se profesan. Agamenón, cuñado de Helena, y caudillo griego, no tolera esto, decide perseguir a ambos hasta lograr el cerco de Troya, lo que también le sirve de excusa para entablar la guerra con los troyanos.

En la película se nos contarán estos datos de un modo bastante fiel al poema, tanto la huida de Helena y Paris como la persecución de Agamenón, la estratagema hurdida con el caballo de madera, la relación homoerótica que existe entre Aquiles y Patroclo, etc. En ese sentido es una producción valiente, ya que pocas historias anteriores se habían atreviado a tocar el tema de la homosexualidad en un ámbito tan peliagudo como es uno de los exponentes más importantes de la literatura universal llevado al cine. Creo recordar que el Espartaco de Kubrick también se aventuró en este sentido de un modo bastante explícito.

Algunos momentos de clímax (SPOILER) serían el combate a muerte en el que Paris demuestra su cobardía ante sus propios hombres, el combate a muerte entre Héctor y Aquiles, en el cual el primero sabe que sólo puede sacrificarse, o la parte en que Aquiles conoce la muerte de Patroclo y el dolor y odio que esto provoca en él.

La película viene a ser la cara opuesta de Waterloo: si en aquella hablábamos de una batalla grandiosa contada desde diversos puntos de vista, con cientos de miles de extras perfectamente coordinados y dirigidos por Bondarchuk, aquí encontramos también un gran conflicto bélico, histórico, en el que se nos narran los prolegómenos y telón de fondo de ambos bandos, pero mediante el uso de las técnicas de FX. Viene a ser un modo distinto, mucho menos artesanal y más industrial, artificial, de hacer una película de dimensiones epopéyicas. Personalmente, prefiero mucho antes el Waterloo que analizábamos anteriormente, creo que tiene un realismo que entra por los 5 sentidos, y la maestría del director con la cámara también se nota.

Por lo demás, ¿es Troya una mala película?, pues rotundamente NO. Es una buena película, está bien realizada e interpretada, pero no es una cinta que le marque a uno, que le deje un par de días reflexionando o que se preste a revisarse en un período cercano de tiempo, algo que sí ocurre con Waterloo.

Grupo salvaje (The wild bunch)




" Si se mueven....¡mátelos! "


Ya tenía ganas de retomar el western, aunque es cierto que éste caso no es un exponente del género clásico, sino más bien de otros caminos que fue recorriendo a lo largo de los años en la pantalla grande.
Y también tenía ganas de hablar de una de mis películas preferidas de todos los géneros, así como de uno de los directores más polémicos en la Historia del cine. Esto es, como no podía ser de otra forma, el Grupo Salvaje de Sam Peckinpah. En verdad, no puede decirse que sea un western crepuscular, pero está muy cerca de ello, en aquél año 1969 en que se realizó: pero es que habrá claras influencias sobre las producciones crepusculares posteriores, así como también del Spaguetti western de Leone.
Si el género lo inventó Ford, lo renovó Sergio Leone y lo apostilló Eastwood, podríamos enmarcar a Sam Peckinpah a medio camino entre Leone y Clint, porque él también es un renovador, pero desde perspectivas mucho más oscuras y perturbadoras que las de Sergio, casi como un Haneke del Far West.

El reparto es muy reseñable, desde un genial William Holden hasta el magnífico Robert Ryan, pasando por un entrañable Ernest Borgnine, todos ellos nombres y caras propios del género, nada ajenos al espectador, con actuaciones más que solventes. Sin duda son profesionales de su gremio. Decía Boyero que había muy pocos actores, 2 o 3 en la actualidad, que merecían el precio de una entrada: para él no eran otros que Gene Hackman, Nick Nolte y Jeff Bridges. Pues bien, lo mismo podría decirse de los 3 anteriores aplicados a sus tiempos.
El argumento gira en torno a una banda de atracadores que se verá perseguida por momentos entre uno de los más sagaces e incansables grupos de cazarrecompensas y el ejército mejicano. Viajaremos con ellos desde pequeños pueblos del sur de los EEUU hasta pasar la frontera para enfrentarse a caciques mexicanos y sus "pequeños" ejércitos privados. Todo ello aderezado con una violencia made in Peckinpah e imágenes de lo más siniestras, mostrando el lado más oscuro del ser humano.

Las películas de Peckinpah tienen una ventaja sobre las de cualquier otro realizador del género, y es su capacidad de realizar producciones muy actuales, lo que reside en dos bases: la primera, sus historias, nada ajenas al espectador de cualquier época, la segunda, el modo que tiene de rodar la violencia. Se aleja completamente de la mojigatería propia de los títulos más clásicos del género y presenta historias con argumentos mucho más atractivos y cercanos a cualquier tipo de espectador, independientemente de su nacionalidad. Toca temas universales como el amor, el sexo, la avaricia, la venganza o el amor por le dinero. Es un hecho fundamental a la hora de valorarlo porque lo diferencia de todo lo que vino anteriormente, con contadas excepciones como el caso del propio Leone. Hay que entender que La diligencia de Ford se encuentra mucho más alejada de un espectador de hoy en día que Pat Garret y Billy the kid o La balada de Cable Hogue, siendo éstas últimas historias mucho más actuales, que pueden llegar a conquistar un espectro mucho más amplio del público.

Pero esas 2 circunstancias no le llevan por caminos distintos de los marcados por los maestros, no supone que deba olvidar los cánones del género, es decir, no olvida a los puristas, que también ven reflejado el más puro espíritu de la frontera en sus películas. Eso le convierte en un realizador muy interesante, porque renueva el género desde dentro, sin alejarse de patrones consustanciales al Western.

Hablábamos del modo en que tiene de retratar la violencia, y no es cuestión secundaria en sus producciones, ya que logra presentar a sus personajes en ambientes extremadamente violentos que les obliga a recurrir a sus instintos más primarios. Pero es una violencia que puede retratarse de muy diversas, y perversas que es lo importante, formas. La violencia más característica de este director es la más visual también, ya que en los años 70 y últimos coletazos de los 60 se acaba por romper con la censura imperante en las décadas de los 40 y 50, de modo que ahora sí vemos cómo mueren los personajes en la pantalla, no sólo lo intuimos, pero además también los vemos sangrar, algo impensable en películas como El enemigo público, Unión Pacífico, Tambores lejanos, etc. Incluso ya era bastante para producciones como Bonny and Clyde, pionera de este tipo de tratamiento novedoso sobre la violencia (si os interesa el tema del abandono de la censura, en el cine negro especialmente, podéis encontrar información en la crítica de El enemigo público).
Una violencia también intrínseca, con connotaciones morales clarísimas, es lo que hace diferente a este director, y lo que le ha llevado a sentar escuela en un aspecto muy determinado de se tratamiento de la violencia. Hay dos muy buenos ejemplos al respecto, los 2 al comienzo de la película: la Guionista reflexiva ya nos adelanta en su análisis el primero, el cerco que unos jóvenes niños realizan con fuego sobre un escorpión para ver cómo se clava a sí mismo su aguijón. Es una escena de lo más perversa, que ya nos quiere introducir sin ningún preámbulo en un mundo y sociedad completamente deshumanizada, salvaje y violenta, muy al estilo de Deliverance o Perros de paja, pero con otras claves.
Por eso se encuentra muy cerca de directores como Haneke y su La cinta blanca (o más bien al revés), pero también de gente como Richard Brooks con su western crepuscular Los profesionales, e influencia indiscutible para el gran Clint Eastwood. Porque, a pesar de que su cine es duro, violento y explícito en muchos sentidos, Peckinpah nos ofrece muchísimo más detrás de sus personajes.

Por citar algunas notas más biográficas sobre el director, decir que hay un gran consenso en torno a la existencia de una figura atormentada, violenta, alcohólica, muy irascible, lo que hacía muy difícil trabajar con él. Pero tampoco son pocos los testimonios que muestran su lado más humano, o sentimental si se prefiere, bajo esa máscara de "viejo loco". Un director polémico, en resumen, pero también un auténtico genio en el rodaje, que supuso una de las más importantes influencias para gente que vendría después como Clint Eastwood o Quentin Tarantino, por citar a un par.

Como siempre que tengo ocasión, no olvidéis pasar por el análisis que la guionista reflexiva hace sobre este genio.