Listado de películas por orden alfabético

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miércoles, 29 de junio de 2011

Las ratas del desierto (The deserts rats)






Retomamos el género bélico con Las ratas del desierto, película que dirigió Robert Wise en el año 1953 con Richard Burton a la cabeza y una pequeña aparición de James Mason como el futuro Mariscal de campo Erwin Rommel (también protagonizaría el bio-pic Rommel: el zorro del desierto, con tintes biográficos sobre uno de los generales más famosos del III Reich y líder absoluto de las Afrika Korps).

Estamos en 1941 en el Norte de África donde el Afrika Korps de Rommel ha conquistado prácticamente todo el territorio, obligando a los ingleses a retroceder hasta casi ser expulsados del continente. Lo único que separa a las fuerzas alemanas del Canal de Suez es una pequeña fortificación inglesa situada en Tobruk. Éste sería el teatro de operaciones en el que nos moveremos, un contexto histórico que no ha sido muy utilizado a lo largo de la Historia del cine bélico de la II GM: me vienen a la cabeza ahora mismo 5 tumbas junto al Cairo o un par de cintas sobre la batalla de El Alamein. El capitán McRoberts será el protagonista de la historia, junto a un antiguo profesor carne de cañón desde el minuto 1 de la cinta.

La película comienza bien, con una sesión de estrategia por parte de los ingleses (un general que podría ser Montgomery) en la que se nos explica la treta que usarán para atraer a los blindados alemanes y separarlos de la infantería. De esta forma crearán un cuello de botella gracias al cual podrán bombardear los blindados manteniendo a raya a las fuerzas de infantería del Afrika Korps. Tal como nos lo cuentan, así se desarrollan los acontecimientos con unas escenas bastante realistas sobre combates entre tormentas de arena y nidos de ametralladoras. También se intercalan escenas de combate real con los fotogramas del filme lo que le da un toque de realismo documental.

Pero ahí queda lo bueno, porque según pasan los minutos parece que el tono documental se va perdiendo para introducirnos en una especie de historia sobre comandos y tramas secundarias de los personajes que nada vienen al caso. Total que a partir de la primera media hora de película no acaban de contarnos nada en condiciones y asistimos a una perorata entre el profesor y el ascendido teniente que hacen elevar las ganas de que se carguen de una vez al primero. Pasamos de los combates corales con escenas reales a una especie de misión de comandos con situaciones un tanto grotescas (como el encuentro con Rommel).
A este respecto habría que decir que el apodo "Ratas del desierto" es cierto que alude a las escaramuzas que realizaban los ingleses tras las líneas enemigas mediante acciones de comando, especialmente en lo que se refiere a la voladura de canales de transporte y suministros, pero quizás en la película se debería haber introducido de otro modo. Sin duda, hay historias sobre acciones de comando infinitamente mejores que la que nos presenta Wise.

Posteriormente volveremos a tener un cambio de guión, ya no tenemos una película sobre comandos ni de tono documental, ahora pasamos a la batalla final contra las fuerzas alemanas en plan épica heroíca, lo que ya hace desaparecer las buenas expectativas que nos hicimos al comienzo de la historia.

La verdad es que, a pesar de todo lo anterior, no es una mala película para nada, es muy Hollywoodiense eso sí, y pierde algo de realismo con el paso de los minutos, pero es de lo poco que se puede encontrar sobre la guerra en el Norte de África. Todo ello la hace bastante recomendable a los interesados en este mapa de operaciones.
A los que les interese el tema tambén pueden pasar por el blog dela Segunda Guerra Mundial de Von Kleist a través del link que pongo más abajo, para leer la interesante crítica que él mismo hace sobre éta película.


Crítica de Von Kleist

domingo, 26 de junio de 2011

Carlos




" Soy un militante revolucionario "



Acabo de terminar de ver la miniserie "Carlos" que ha presentado Canal + con material inédito de la película homónima dirigida por Olivier Assayas con el actor venezolano Edgar Ramírez como papel protagonista (con un parecido bastante interesante, regla general para casi todos los personajes secundarios con sus respectivos en la realidad). También contamos con una presencia conocida en las televisiones españolas como es Juana Acosta, mientras que el resto del reparto es más bien semi-desconocido para el público en general.
Como os imaginaréis, la historia abordará de un modo biográfico, a estilo de bio-pic, la vida en activo del terrorista más conocido en el mundo y el más temido en los años 70 y 80, Ilich Ramírez Sánchez, o Carlos "el Chacal".
Es un personaje que no deja indiferente a nadie, con una perorata propagandística bastante pasada de moda, y un cinismo exasperante.

La historia comenzará cuando Carlos es un desconocido militante comunista al estilo latinoaméricano (por diferenciarlo de los eslavófilos, no por otra cosa) que pretende dar el salto de la lucha ideológica a la revolucionaria formando un comando que actúe a nivel mundial. Es un hombre culto, que habla varios idiomas (castellano, ruso, inglés, francés, alemán, árabe) y por encima de todo un superviviente que se adapta a cualquier circunstancia (es muy loable la interpretación de Ramírez engordando y adelgazando sensiblemente varios quilos). Es verdaderamente inteligente y sabe moverse como pez en el agua en esas redes de política subterránea entre servicios secretos, grupos terroristas (como las RAF, o la ETA) y extremistas islámicos.
Sus primeras andanzas las dará con el FPLP, realizando acciones encaminadas a la lucha contra el sionismo empezando por un atentado frustrado contra el presidente de las londinenses tiendas de Mark and Spencer. Posteriormente seguirá escalando peldaños en la organización hasta labrarse un nombre y reputación con el secuestro de los ministros de la OPEP, pero ahí es dónde acabará siendo traicionado por intereses secundarios y expulsado de la propia FPLP.

Tras sus incursiones en el mundo árabe, y su entrenamiento en Yemen, Carlos formará un grupo propio con la estrecha ayuda de células revolucionarias alemanas, como la RAF, para seguir montando atentados. Sus relaciones se estrecharán aún más con Gadafi, la URSS, Irán, hasta el momento en que será traicionado por todo aquél que le rodea.

La película me parece interesante desde un punto de vista de conocimiento general, para enterarnos de quién es este personaje, pero creo que incurre en algunos errores en lo que respecta a su imágen. Saben calcar perfectamente ese halo de fama que lo rodea, así como su vena más mujeriega, pero también le ponen como un auténtico revolucionario que sólo al final de toda su carrera se interesa más por el dinero que por las palabras. Ejemplos son las negociaciones con los ministros de la OPEP, o el atentado que le prepara a Gadafi. Su discurso ideológico, o el que hace el actor Edgar Ramírez, es totalmente congruente con el personaje o la historia, pero la película, el director, debería haber buscado algún artilugio o mecanismo con el que mostrarnos la realidad de este hombre, antes que revolucionario un mercenario.

En lo respecta al apartado más cinéfilo, la historia se divide en 3 partes de entre 110 y 120 minutos que se toma su tiempo para desarrollar a los personajes con todo lujo de detalles. A pesar de esto, quizás se eche de menos al famoso Abogado del terror Vergués, dado que tuvo un papel importante en la defensa de Magdalena Kopp, pero bien es verdad que retratan el famoso encuentro que tuvo con Carlos en el hotel.

Las dos primeras partes tienen un ritmo en general decente, cuentan la historia de un personaje muy magnético con un actor igualmente magnético que sale de todas con el uso de una verborrea bastante demagógica y con el uso de la pistola en la otra mano, pero insisto en que se echa de menos algo más de crítica. Es una sensación muy personal, ya que me consta por otros compañeros que vieron la cinta que no todo el mundo comparte esa opinión, hay espectadores que ven claramente a un hipócrita y un demagogo en la interpretación mostrada por Ramírez, yo lo veo francamente flojo, aunque es cierto que hay momentos (valorados en su conjunto) que sí desprenden esa idea.

Quizás también sea un metraje excesivo para contar una historia que tampoco daba para mucho más: es un terrorista y siempre tiene cierto atractivo para el público, pero la mayoría de sus acciones fueron frustradas por una u otra circunstancia salvo algunos atentados con bomba aislados y el tema de los ministros de la OPEP, y esto hace que la historia se encalle bastante en torno a la 2º y 3º partes. Tampoco interesa mucho algunas relaciones con determinados personajes, lo que quizás debería haberse vendido mejor, pero la interpretación de Ramírez es bastante correcta, dan ganas de verle en otro papel de ese tipo, histriónico.

Por último, señalar que el propio Carlos, el de verdad, se puso en contacto con Edgar Ramírez para mostrarle su descontento con la historia (según él manipulada) y con su interpretación. Es una lectura sin lugar a dudas positiva para la película, dado que Carlos es un mentiroso compulsivo su beneplácito con la cinta hubiese sido un tanto sospechoso.

viernes, 17 de junio de 2011

El jinete pálido (Pale Rider)




" ... y el infierno le seguía... "



Para retomar el western vamos a acercarnos a uno de sus iconos más importantes, especialmente en términos más bien contemporáneos, por una figura que empezó como actor fetiche del spagueti western y más tarde director, en este apartado como representante del mejor cine norteamericano de las últimas décadas. Posiblemente hay tres directores que no defraudan, en términos generales, en la cartelera actualmente: Martin Scorsese, Woody Allen y Clint Eastwood, el que nos ocupa en este momento.

En 1985 Clint Eastwood dirigió la película El jinete Pálido, un western cuasi-crepuscular en el que un grupo de colonos que intentan asentar su hogar en una zona minera se verán acosados por un magnate que pretende hacerse con los terrenos de la región, si no puede comprarlos hostiga y coacciona a sus propietarios hasta que consigue expulsarlos de sus tierras. En este ambiente hostil aparecerá un jinete montando un caballo con manchas blancas, un predicador, que se enfrentará al industrial corrupto y sus hombres, infundiendo valor y recuperando la fe de los desolados mineros.

El argumento no es nada original teniendo en cuenta la temática a la que nos tienen acostumbrados los westerns, en especial los crepusculares, con un importante hombre de negocios sin escrúpulos que pretende lucrarse aprovechándose de los más débiles, pasando por encima de todos los límites. Pero hay un hombre, de turbulento pasado, que alzará la voz (y su pistola) contra éstas injusticias. Es un argumento que encontraremos en películas como Los 7 magníficos, Los siete samuráis, también en libros del estilo Zane Grey o incluso en cómics más recientes como El teniente Blueberry o Comanche. Este tipo de historias son algo tan sustancial al género como lo son los indios, tramperos, la caballería, etc.

Hay otros elementos interesantes en la historia, muy recurrentes para el western, como es el jinete sin nombre que ya creó Sergio Leone con el propio Eastwood, con un pasado turbulento que en ningún caso se nos explica durante la historia. Es una técnica pulida y difícil de llevar a la pantalla, el hecho de contar una larga historia de años y violencia sin articular una sola palabra. Nos referimos, claro, a la relación entre el predicador y el "sheriff" que aplica su peculiar ley.

En el campamento minero encontraremos gente apocada de pocos recursos que necesitan un estímulo externo para recuperar las ganas de luchar contra la injusticia, estímulo que les proporcionará Eastwood, un poco al estilo del pueblo de Infierno de Cobardes. También aquí hay personajes muy tópicos como el minero que decide revelarse, su futura mujer o la niña que se enamora del predicador.

Esta película supuso una reactualización del género en unos momentos en que se creía agotado, permitiendo que posteriormente apareciesen Bailando con Lobos, Sin perdón, o las más recientes Cold Mountain y Cabalga con el diablo, así como los remake de El tren de las 3.10 o Valor de Ley. La verdad es que no se prodiga mucho el género en los últimos tiempos, y mucho menos con títulos originales, lo que es una lástima cuando encontramos historias perfectamente válidas, aún en su vertiente más bélica. Sin ir más lejos, Deadwood consiguió devolver la ilusión a los amantes del género con un par de buenos actores (desconocidos) y unos buenos guionistas. El género, por tanto, no está muerto ni mucho menos cuando se ponen a su disposición interés y recursos.

La película bebe directamente de varias influencias, siendo la primera de ellas el Spagueti de Leone con aquél pistolero con pasado misterioso de La muerte tenía un precio, pero también hay que recurrir a películas como Sólo ante el peligro (ese magnífico fotograma con los dos hombres enfrentados en la calle del pueblo) o Raíces profundas (de hecho se dice que la película es más bien un remake de ésta última).

En cualquier caso, fue unos de los pilares que asientan la leyenda de uno de los más importantes directores y actores norteamericanos de todos los tiempos.

viernes, 10 de junio de 2011

Red de mentiras (Body of lies)




" Las víctimas del mal responden con el mal "



El otro día tuve la oportunidad de ver la película Green Zone: distrito protegido, y la verdad es que me pareció curioso la cantidad de películas que están saliendo todavía con el islamismo radical de fondo, el conflicto de Irak y las ideas que nos transmiten a través de ellas. En esa ocasión comparaba la acción en el Bagdad post-armas de destrucción masiva con la historia de Red de Mentiras, y me parecía que ambas nos cuentan realidades distintas de un mismo contexto con una gran verosimilitud.

En el caso que nos ocupa, Riddley Scott (ese prestidigitador a lo JJ Abrams, pero con bastante más clase y decencia) nos contará una historia sobre terrorismo con Leonardo Di Caprio y Russell Crowe como protagonistas. Nos encontramos en un escenario post-11-S con todo lo que ello conlleva, operaciones de espionaje en Oriente Medio, el mundo ha cambiado por completo, ya no nos sentimos tan seguros en casa, nos han mostrado que las bombas en países de nombre impronunciable pueden llegar a nuestros hogares y el enemigo ya no proviene del Este europeo, sino en una forma que es imposible distinguirlo entre la multitud, como ya hiciera el Vietcong en Vietnam. Básicamente, ésta es la introducción que Ed Hoffman (Russell), un veterano agente de la CIA sin muchos escrúpulos y sobrado de pragmatismo, realizará nada más comenzar la cinta. Ese es el discurso que él defenderá para justificar sus actos.

En seguida descubriremos lo que está ocurriendo: una serie de atentados en cadena están llevando el terror a diversos rincones de Europa: Londres, París, Amsterdam, y parece que el líder de ésta nueva célula integrista pretende atentar próximamente contra los EEUU.

En este clima de terror, encontraremos también al agente de campo Roger Ferris (Di Caprio) que lleva a cabo operaciones de espionaje para destapar pisos franco y células durmientes salafistas. En una de sus operaciones obtendrá documentación de primera mano con la que podrían tener un indicio sobre el paradero de uno de los más buscados y peligrosos líderes terroristas, que además se está haciendo cargo de los atentados en Europa.

Al principio, sin más preámbulos o viendo el trailer de la película, uno piensa que es típica película "yankee" en la que atenderemos como los árabes, que son muy muy muy malos, y los buenos que hay morirán en breves instantes, pretenden poner en jaque al mundo occidental, pero no tenemos nada que temer pues nuestros amigos "yankees" están ahí para salvarnos el pellejo. Nada más lejos de la intención de la película. Algo de esto sí encontraremos, en cierto sentido es inevitable por el argumento de la historia, pero también descubriremos que no hay ningún "bueno" al uso, a consecuencia del mundo que ha quedado configurado tras el 11-S, que ha impuesto unas reglas del juego totalmente distintas.

Sin duda, uno de los puntos fuertes de la película son esas relaciones que han cambiado totalmente, el nuevo tipo de guerra y las nuevas armas con las que cuentan ambos bandos, perfectamente escenificado por la relación entre Hoffman, Ferris y el líder de la inteligencia jordana. En este sentido, tampoco nos dejarán para nada indiferentes las relaciones "diplomáticas" entre ambos servicios de inteligencia, aunque algo así encontraremos también en Green Zone.
Uno de los dos bandos tiene los más importantes avances en materia militar, satélites que pueden fotografiar la matrícula de un coche en NY a miles de kilómetros de distancia. Por el otro lado tenemos a unos hombres que viven prácticamente en la Edad Media, poniendo en jaque a los primeros.

Ése, y no otro, es el argumento y el debate de la película. adaptación de una novela que ha dejado como legado uno de los pocos defectos de la historia: el romance. Es una historia de amor bastante insustancial para el argumento de la historia, que corta bastante la tensión y el ritmo de ese grupo de espías inteligentísimos, y con el único motivo de tener la excusa para forzar el final de la película.

Volviendo al panorama que vivimos actualmente, parece que hay unas características que explican ese nuevo sistema de relaciones a nivel internacional:

- Por un lado, identificar todo conflicto con el islamismo radical: de modo que no podemos escarbar entre las singularidades que se esconden tras los hechos.

- Parece que ese Islam radical justifica una política del "todo vale": una política de tierra quemada que no deja prisioneros.

- Se desarrolla la teoría casi empírica de que la única solución para combatir éste cáncer es la lucha, la violencia, el uso de la fuerza, sin permitir siquiera pararse a plantearnos otros medios de actuación sobre la base del problema: la pobreza, por ejemplo.

- Como resultado de esto, se reproducen relaciones y colaboraciones con Gobiernos poco respetuosos con los DDHH.

- Política subterránea: relaciones clientelares y más bien turbias entre gobiernos de pequeños Estados caciquiles y primeras potencias mundiales, bajo la bandera de la lucha al terrorismo (aunque en el fondo ésto sea una cortina de humo que tape otros intereses no siempre revelados).

Pienso que éstas claves han dejado un panorama bastante desolador en términos objetivos a lo largo del globo, un mapa con problemas de tipo nacional y político bastante graves que posiblemente tarden decenios en solucionarse.
Se ha visto que esa estrategia no ha conseguido NADA en absoluto, ni eliminar el peligro del fundamentalismo (porque éstas organizaciones son como una Hidra con 7 cabezas que se repiten una y otra vez) ni asegurar una cierta tranquilidad en nuestros hogares (pues una y otra vez han demostrado que si quieren pueden atentar), por lo que quizás haya llegado el momento de replantearnos algunas cosas (como hará el protagonista) y adoptar nuevas estrategias.

miércoles, 1 de junio de 2011

Teniente Corrupto (Bad Lieutenant: Port of Call New Orleans)





" Todo lo que tomo está recetado por el médico....menos la heroína "



Estuve tiempo esperando para ver el Teniente Corrupto de Werner Herzog para darme tiempo a ver antes su original de Abel Ferrara, sin embargo, finalmente decidí no verme influenciado por la historia original a la hora de valorar su reciente versión. La cinta está protagonizada por Nicolas Cage y Eva Mendes, en sendas muy buenas interpretaciones sobre el teniente de la policía de Nueva Orleans Terence McDonagh y su novia prostituta. También veremos a algún secundario interesante como Val Kilmer haciendo de un detective de homicidios un tanto peculiar.

Comenzamos durante el huracán Katrina y su paso por Nueva Orleans, con dos policías (Cage y Kilmer) que intentan recoger los últimos efectos personales de la comisaría asolada por el agua, cuando descubren que uno de los presos ha quedado atrapado en las celdas. Cage será el encargado de rescatarlo, motivo por el cual se dañará la espalda y deberá tomar numerosos calmantes por tiempo indefinido para calmar el dolor.
Años después, cuando ha sido galardonado con el cargo de Teniente por su actuación durante los incidentes del Katrina, descubriremos que es adicto a más que calmantes, y que hará todo lo posible por satisfacer su vicio: ya sea acosando a jóvenes parejas que salen de las discotecas, abusando de sus novias, estafando a los clientes de su chica o robando pruebas del almacén de la policía.

En este contexto se producirá un quíntuple homicidio entre una familia de senegaleses ilegales que traficaban sin pasar tributo al capo local, que trastocará el delirio de Cage, haciendo suya la obsesión de encerrar al narco. Además de todo esto, le surgirán numerosos problemas por sus deudas de juego, mafiosos que intentan aprovecharse de su novia o por su peculiar familia. Todo un conjunto de circunstancias y personajes peligrosos que armarán un alboroto de dimensiones desproporcionadas, pero resuelto de un modo muy sencillo.

Lo primero de todo quizás sea decir que no está clara la necesidad que había de llevar a cabo un remake de una película de culto en el género negro. La ambientación de la historia post-katrina no está nada mal, y trasladarla a Nueva Orleans le da un punto exótico con los criollos y las mafias de origen cajún. No serán ajenos al paisaje los pantanos, cocodrilos y esos excéntricos personajes sureños a los que el cine de Hollywood nos tiene acostumbrados.

La interpretación de Cage me parece soberbia, aunque sus detractores opinen que peca de histrionismo, creo que el tipo está a 100 durante toda la película. Es una evolución de drogas y horas sin dormir al estilo de Al Límite con un personaje que va sufriendo niveles de estrés fuera de lo común. Llega un momento que se ve acosado por todos los frentes y debe moverse como un superviviente nato, y esto lo encarna a la perfección Nicolas Cage. Insisto en que quizás caiga un poco en el histrionismo barato, pero no le va nada mal al papel.

Por otro lado, la mano de Herzog se hará sentir en la filmación a través de algunas escenas surrealistas, como los enormes lagartos que aparecen en plena operación de vigilancia ante la locura narcótica de Cage, o cómo aparece el alma de un tipo que acaban de asesinar para bailar breakdance ante las narices de los espectadores. Rozando lo grotesco, no queda del todo fuera de lugar, dado el carácter de la historia.

En resumidas cuentas, no es una obra maestra, pero sí se ve la mano de un gran director.