Listado de películas por orden alfabético

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viernes, 16 de marzo de 2012

Hoffa (un pulso al poder)




" El crimen organizado en el mundo del trabajo "



Hoffa es una interesante película que dirigió Danny De Vito en el año 1992 con un resultado interesante, aunque es cierto que no pasará a la historia del género ni mucho menos, no es un salto de actor a director como sí lo supuso Clint Eastwood, pero no por ello vamos a dejar de comentarlo como curiosidad. Protagonizada por el propio De Vito, Armand Assante, John C Reilly y Jack Nicholson, la historia se centrará en el movimiento sindicalista-obrero en los EEUU durante la década de los años 30 a 70 en el sector de los transportes. Concretamente en la figura del sindicalista James Hoffa, un camionero que harto de los abusos producidos por los patrones decidirá crear uno de los más importantes e históricos sindicatos del otro lado del charco, la "Hermandad Internacional del Transporte".

El señor Hoffa acabará dirigiendo en la sombra el sindicato, lejos de los micrófonos y televisiones, aunque finalmente no podrá escapar a los flashes de la prensa al ser acusado (por el fiscal Robert Kennedy) de haber dejado la puerta abierta a la mafia italo-americana del sindicalismo yankee. Y lo cierto es que históricamente así fue como ocurrió, los Kennedy tenían una cruzada personal contra Hoffa (como bien resalta la película) para lograr meterle entre rejas y explotar la información que podía contener sobre determinados circuitos mafiosos. Estos se habían manifestado ya en los piquetes y huelgas que había promovido el sindicato, actuando como fuerza y músculo contra las cargas de la policía e incluso contra los revienta-huelgas de las grandes empresas. Todo ello levantó suspicacias entre la fiscalía del Estado, aunque no hay que olvidar que el clan Kennedy siempre tuvo intereses más oscuros que los que el defenestrado Jack quiso mostrar. Esta parte de la película está bien retratada, los contactos con los circuitos mafiosos y el tema político que pretende meterse de lleno en el sector del transporte. Como bien sabemos, los sectores estratégicos para provocar una huelga fuerte son los servicios, industria y transporte, por lo cual el sindicato era un caramelo goloso para todos los intereses creados a su alrededor, no sólo los mafiosos. Hoffa fue consciente de este hecho y lo utilizó en su propio beneficio, aunque es cierto que también benefició en cierto sentido a los propios transportistas.

Es interesante de ver también la evolución de ambos personajes desde sus inicios en contextos draconianos al más puro estilo Dickens, hasta aquélla limusina aparcada en un restaurante cualquiera de carretera de los EEUU. Sobre el final de Hoffa, lo cierto es que nunca se supo qué ocurrió realmente, aunque la solución que nos da la película probablemente se acerque a la realidad, dado el enfrentamiento que supuso la salida de la cárcel de Jimmy con los actuales jerifaltes sindicales.
Es interesante señalar que el famoso autor de novela negra James Ellroy le dedicó un importante volumen en su Trilogía de América al tema Hoffa-sindicatos-Mafia, el título era América, y es interesante cómo narra las relaciones entre la mafia y Jimmy, así como con el clan Kennedy. Muy recomendable leer dicha trilogía por cierto.

Nicholson nos regalará una de sus histriónicas interpretaciones como el sindicalista Hoffa, y De Vito será su segundo de abordo, personalmente disfruté mucho más con la actuación del segundo, creo que es el verdadero puntal y motivo de interés para ver la película. En la dirección no deja de ser algo más bien discreto. Es una labor que no chirría en ningún momento, pero tampoco deja una mano que pase a la Historia, que recordemos como el Sin perdón de Eastwood por ejemplo, como bien se ha puesto de manifiesto con el paso de los años. Es una película que cuenta demasiadas cosas con un ritmo no excesivamente potente, demasiados secundarios que aparecen y desaparecen mareando al espectador, y muchos de ellos realmente conocidos pero actuando con el piloto automático, lo que resiente decisivamente el resultado final. Todo ello hace que estemos ante un producto que, lejos de contar una gran historia que podría haber dejado una película épica sobre la mafia, se queda a medio gas. Sin duda, había "chicha" más que suficiente para dejar un resultado superior.

En resumen, un intento fallido de hacer una gran película americana sobre uno de los personajes más importantes de la Historia americana del S XX, uno de los personajes más oscuros y misteriosos, del que nunca más se supo desde su desaparición en el año 1975.

jueves, 15 de marzo de 2012

Un mundo perfecto (A perfect world)





" Esto es el presente Phillip, disfruta de él mientras dure "



En el año 1993 Clint Eastwood filmaría una de las más interesantes películas que tiene en su haber, también de las más olvidadas a la hora de valorar su carrera tras las cámaras, quizás por ser menos efectista que otros productos, especialmente recientes, Un mundo perfecto. Protagonizada por Kevint Costner y el propio Eastwood, contará también con una preciosa y jovencísima Laura Dern (que hoy en día podemos ver perder los estribos en Iluminada) a caballo con su exitosa participación en la muy entrenida Jurassic Park, y alguna otra colaboración interesante de secundarios célebres en Hollywood de los años 90 y primera década del S XXI, también cabe mencionar una curiosa variante en los papeles que suelen ubicar a Costner como el bueno de la película (el tolerante teniente de Bailando con lobos, el azote de Capone en Los Intocables o como el incansable fiscal Garrison de JFK) o al Josh Liman de El Ala Oeste de la Casa Blanca.

El argumento se centra en la "caza del hombre" al más puro estilo norteamericano. Butch Haynes (Costner) es un peligroso criminal desde corta edad que logra escapar de la cárcel gracias al secuestro que lleva a cabo sobre el niño de 7 años Phillip Perry, y de la condena a 40 años que pende sobre su cabeza por robo a mano armada y asesinato, . Red Garnett (Clint Eastwood), el hombre que lo encarceló por primera vez con la esperanza de que aquél chico se enderezase en el futuro escapando de las malas influencias de una familia desestructurada (con un padre alcohólico y violento) será el encargado de dirigir la caza por varios Estados del sur rural, granjero y fronterizo de los USA, contando con la ayuda de una psicóloga experta en la mentalidad criminal de los presos; especialmente del asesino Haynes, cabecilla de la fuga antes mencionada.
Phillip tiene problemas familiares, con una madre excesivamente protectora y una fe religiosa de tintes integristas, nunca conoció a su padre ni es capaz de disfrutar de fiestas "paganas" como Halloween, o de la celebración de un cumpleaños en la feria del condado.
Cuando Butch descubra estas circunstancias de la interiorizada personalidad del crío, surgirá un vínculo paterno-filial entre ambos fundamentado en el padre que ninguno de los dos jamás tuvo.

Es una película interesante de ver por varios motivos: el primero de ellos por ser una de esas historias de Eastwood en las que priman la historia y los personajes, más que las pretensiones efectistas del director que han marcado su carrera en los últimos años. Hablamos de historias que se centran en la fuerza dramática que el tipo más duro y que mejor ha sabido empuñar una Magnum, nos descubrió en su haber. Esta cinta rememora momentos de otros títulos tan grandes y básicos como Sin Perdón o Mistyc River (para el que escribe la última gran historia que Clint trasladó a la gran pantalla), por lo que recuerda la frescura de su director. Es una historia con una base totalmente sencilla, que se irá complicando más y más mostrando las complejidades de lo más evidente de la historia, mostrando personajes de gran riqueza y escenas de gran maestría, como el impactante final.
La relación existente entre el niño Phillip y Butch es realmente soberbia, sólo por esto merece la pena guardar la película en una videoteca, relación que evoluciona y nos depara sorpresas interesantes, no se queda en la típica historia con niños traumatizados en su infancia, en absoluto. Es dinámica y lo más importante, novedosa, una relación que no abunda en lo que al cine con menores de Hollywood se refiere. Tengo un pequeño talón de aquiles con las historias protagonizadas por niños, y es que soy incapaz de creérmelos o valorarlos con objetividad, acabando un poco hastiado de éstos. Puedo asegurar que éste no es el mismo caso, una actuación del chico que te deja con esa sensación de poder ver la película una y otra vez, con ganas de seguir recibiendo imágenes y escuchando diálogos con ese preso homicida y peligroso. De hecho, ahí radica su éxito, su dinamismo impide que esa relación perdure en exceso en el tiempo.

El cambio de registro de Costner tampoco es cosa de olvidar, recordando por qué se crearon tantísimas espectativas con el bueno de Kevint. Es sorprendente encontrar interpretaciones de este tipo y echar la vista atrás para valorar el devenir de su carrera. Desde luego aquí salió el hombre que deleitó Hollywood en buena parte de los 90. Y todavía queda materia prima en el amigo, sino que se lo digan al personaje que interpreta en The Company Man, una actuación secundaria infravalorada en todos los foros de un modo incomprensible.

Hablábamos, muy por encima siempre, de un impactante final, a pesar de que por el devenir de la historia es del todo coherente. Ello es otra motivo de elogio para el bueno de Clint, que no intentará explotar hasta la saciedad los puntos positivos que antes señalábamos, dejando que los propios personajes y sus relaciones guíen el devenir de la cinta. Todo ello, y su ritmo narrativo, logran el resultado de una obra sólida y fresca, no agotada por pretensiones ni efectos repetitivos, la idea de contar una historia sencilla, que poco a poco va tomando forma y creciendo por sí sola. Buenos actores, buenos secundarios, buenas interpretaciones y un guión soberbio, no sé qué más se puede pedir. Bueno sí, momentos cómicos bastante bien trasladados al guión.

En resumen, una buena forma de recordar a uno de los mejores Clints tras la cámara, y uno de los mejores Costner delante de ella.

lunes, 12 de marzo de 2012

Los tres días del Cóndor (Three days of the Condor)




" No, echo de menos ese tipo de claridad... "




La década de los años 70 es especialmente interesante en cuanto al cine se refiere, dejándonos numerosísimos clásicos de todos los géneros, películas que se convirtieron en referencias imprescindibles para entender el cine. Hablamos de películas como La gran estafa, El demonio sobre ruedas, Easy Rider, la incipiente saga de La guerra de las Galaxias, la saga El Padrino, Malas Calles, Taxi Driver etc. Directores como George Lucas, Steven Spielberg, Francis Ford Coppola, Martin Scorsese, actores como Jack Nicholson, Robert De Niro, Al Pacino o Dennis Hopper, empiezan a desempolvar sus mejores artes para regalarnos auténticas obras maestras. Sidney Pollack es otro de los culpables de que estemos alabando esa prodigiosa década, contribuyendo con un trhiller de espionaje al más puro estilo John Le Carré, hablamos claro está de Los tres días del Cóndor. Protagonizada por Robert Redford, Faye Dunaway, Cliff Robertson y un grandísimo Max Von Sidow, es probablemente de las mejores películas que Redford tiene en su haber.

Nos encontramos en una ciudad cualquiera de los EEUU, una gran ciudad, en concreto en una de las múltiples sociedades de literatura histórica, una normalidad que se ve interrumpida por la verdadera labor que los integrantes de la misma llevan a cabo. Realmente, dichos trabajadores son integrantes del "Cuerpo de Comprobación de Datos de la CIA", analistas que se dedican a leer todas las ediciones de libros que se hayan publicado en todo el mundo, con el objetivo de buscar mensajes en clave, tramas, conspiraciones o simples ideas que en el futuro pudieran resultar de utilidad para los planes de la Compañía, con el objetivo de mejorar su funcionamiento. Entre ellos se encuentra Joe Turner (Robert Redford) cuyo nombre clave es Cóndor, el único superviviente de un infalible ataque sufrido por la delegación, resultando todos ellos salvajemente asesinados. Tras comprobar que no recibirá ayuda de nadie, incluso que posiblemente sean sus superiores quienes intentan matarle, Turner tomará como rehén a Kathy Hale para esconderse y elaborar un plan que le permita huir de los secuaces que un perseverante asesino alsaciano le envía periódicamente, y lograr descifrar qué es lo que, sin ser consciente, ha descubierto.

Sin duda es el año 1975 el propicio para lograr un éxito comercial como el que Los tres días del Cóndor logró obtener, situándonos en la etapa intervencionista por excelencia de los EEUU en países latinoamericanos, con asesinatos selectivos, golpes de Estado o directamente mediante escuchas ilegales como las del Watergate, todo ello dirigido desde los sillones de la CIA. Es por ello que no sorprenda el boom que supuso la cinta de Pollack. Auspiciado también por los cambios que experimenta la industria, tantas veces mencionados en otras actualizaciones, como es el cambio radical que experimenta la censura, el modo de retratar la violencia, mucho más cruda, la madurez de sus tramas, complicados entramados de intereses políticos, que sin duda enganchan al espectador desde el minuto 1.

Si tuviéramos que reducir la historia de Cóndor en unas pocas palabras, sin duda se acercarían mucho al estilo de John Le Carré y su inefable Smiley, mucho más cercano a esas tramas de la Guerra Fría en las que hay menos acción pero mayores dósis de tensión e inteligencia, a diferencia de la otra vertiente más jamesbondiana de Ian Fleming (las películas, no los libros claro) o del Jason Bourne de Ludlum, siendo ellas muy respetables por supuesto (el que esto escribe es un ferviente admirador de las fantasmadas de 007 desde su primera aventura en el año 1962). Pero lo cierto es que estas historias son mucho más maduras y cercanas a la realidad, recordando incluso esa Hitchcockiana La cortina rasgada, con una violencia más racional, lo que no dejará de ser absolutamente visceral (no nos cansamos de recordar la famosa pelea a vida o muerte de Newman contra el agente de la KGB).

La actuación de Redford también es memorable, muchísimo mejor que en Dos hombres y un destino, o por lo menos mucho más vistoso, sin duda son estos los papeles en los que el bueno de Robert se lucía, y luce. Ello junto a una historia de lo más actual, son alicientes más que suficientes para dedicarle un par de horas al visionado de éste gran clásico.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Generation Kill o "Hermanos de sangre" en la Guerra de Irak




" El cuerpo de Marines es el Pitbull de América "




Tras recoger las flores del éxito cosechadas por The Wire (La escucha, en España) David Simon se dispuso a cambiar de aires, que no de historias, para trasladarse a la Guerra de Irak, o 2º guerra del Golfo. En aquellos días la HBO estaba rendida ante el que suponía uno de los mayores "activos" de la televisión del momento, un hombre que empezó realizando una serie de bajo presupuesto sobre la ciudad de Baltimore, desde el punto de vista de la caza de un policía-cruzado contra las drogas, con unas audiencias realmente discretas, hasta llegar su 4º temporada para dispararse la euforia por todo lo que rodease a ese producto de trabajos anteriores (Homicidio, La esquina).
También tendría importancia el que se ha convertido en su segundo de abordo, no es otro sino el ex-policía Ed Burns, co-guionista y productor de sus historias. Ambos formarían un equipo que se antoja fundamental para entender las series de los últimos años, sobre todo en el apartado más humano de sus historias, que es lo que realmente merece la pena de las series que estamos mencionando en el apartado "David Simons".
Actualmente Simons sigue triunfando a la manera de esos sabios que pueden permitirse cualquier historia, contándola a su manera, a su ritmo, sin presiones de audiencia ni crítica, en su visión particular de la Nueva Orleans post-Katrina con Tremé (ya por la 3º temporada).

Pero antes de posar su mirada sobre el mundo del jazz, tenemos que hacer escala por la anteriormente citada incursión en el género bélico del que fuera creador de The Wire, Generation Kill, una historia compuesta por una miniserie de 7 capítulos que acompañará a un grupo de jóvenes pertenecientes al 1º Batallón del Cuerpo de Marines de los EEUU durante los 40 primeros días de contienda en Irak. Conoceremos en profundidad varias escalas dentro de la cadena de mando, desde el coronel de la división (llamado "El Padrino" por su peculiar forma de hablar consecuencia de un cáncer de garganta), capitanes, sargentos, tenientes, soldados rasos experimentados, novatos y un periodista de la revista Rolling Stone que acompañará a un grupo de estos soldados durante esos días. Decir que el periodista Evan Wright es fundamental tanto dentro como fuera de la pantalla, dado que la historia que se nos cuenta es verídica en todos sus puntos: el periodista de la revista norteamericana fue destinado durante las primeras semanas de la contienda de 2003 para cubrir las experiencias y vivencias de los soldados yankees. Con el material que recopiló durante esos días escribió un libro que serviría de base para Simons y Burns a la hora de realizar el guión y la tónica general de la serie, a este respecto decir que la adaptación debe ser realmente fiel, dado que el propio Wright intervino en el proyecto.
Una serie que estará plagada de secundarios habituales de otros productos como The Wire o Tremé, también de otras películas norteamericanas.

Respecto de lo que veremos en la serie, la verdad que la comparación con Hermanos de sangre es muy osada como poco, lo que sí puedo afirmar sin ningún temor es que supera en diversos aspectos la secuela The Pacific. Pero es inevitable por diversas cuestiones: la primera de ellas el tono coral de la historia, muy propio de las producciones "Simons", también la combinación de diversos escalones en la cadena de mando para poder hacernos una idea de cómo se dirige una guerra, o cómo se intenta desarrollar. A este respecto, también es común el aire de crítica que rezuma la historia: no tan evidente en la ambientada durante la II GM, lo cierto es que prácticamente cada capítulo de Generation Kill es una crítica despiadada tanto a los mandos como a la propia situación que lleva a estos soldados a combatir en Irak, especialmente por las consecuencias psicológicas y daños colaterales que tiene la propia guerra y las decisiones de unos mandos bastante alejados de la situación vivida en el frente. Deficiencias sonrojantes en cuanto a temas de suministros, mandos absolutamente incompetentes, conflictos raciales entre los soldados, algunos de ellos con verdaderos problemas mentales, una auténtica política de desinformación tanto desde las noticias filtradas de los medios de comunicación, como desde los propios intérpretes (fundamentales para comunicarse con la población civil, siendo manipulados por las directrices del Alto Mando).
Es un gran acierto el hecho de que el espectador se vea metido en la historia de lleno sin ninguna explicación, se siente como un marine más, sin tener una mínima idea de hacia dónde se dirige el rumbo de la guerra o de la misión: ya sea invadir una ciudad sin ninguna cobertura aérea ni de carros de combate, solo con los humbies, para recibir inmediatamente órdenes contradictorias estableciendo diversos puntos de interés que nada tienen que ver con el objetivo inicial. Creo que esta parte de la guerra queda reflejada a la perfección, especialmente en la piel de El Padrino, quien parece moverse más por motivos patrióticos que de táctica militar. Quizás sea excesiva esta crítica en cuanto a que de todos los mandos que aparecen en la serie sólo un joven teniente demuestra tener sentido de la estrategia militar, pero seguro que no se aleja mucho de la realidad.

Otro punto positivo son los combates, prácticamente inexistentes en la mayor parte de metraje, dado que es una guerra que se produce "a distancia", algo que ya veíamos en Jarhead e incluso, en menor medida, En tierra hostil, donde son los carros de combate y la fuerza aérea la que realmente entra en contacto con el enemigo. En los combates seremos partícipes del absoluto caos que se vive, especialmente en los combates nocturnos en los que entran en juego gafas de visión nocturna e infrarrojos (generalmente con escasa batería o directamente sin pilas), en general un enfrentamiento en el que carecerán constantemente de los recursos y material necesarios para realizar sus misiones.

En resumen, recuerda muchísimo a Band of Broters en sus maneras, sus personajes, interpretaciones en algún caso magistrales, momentos de gran película bélica, también en el realismo que flota alrededor de todas sus escenas. Hay que imaginarse esos puntos positivos con la mano que tiene Simons para contarnos historias verídicas y humanas. El conjunto no puede ser negativo en ningún caso, pero es cierto que esta calidad no llega a superar a su antecesora de la IIGM, en cualquier caso, un producto muy aprovechable y siempre recomendable.

lunes, 5 de marzo de 2012

Breaking Bad




" Yo gano "



Volviendo a la senda de las series de TV, y en el género negro, nos posamos unos minutos sobre las siglas de la cadena AMC (The Walking Dead, Mad Men, Wheels on fire) para observar uno de sus más exitosos productos y que más ha dado para charlar entre los seguidores de series modernas, es por supuesto la megalómana Breaking Bad, con un Brian Cranston (Malcolm in the Middle) irreconocible a su cabeza. El productor Vince Gilligan llevó en 2008 a la palestra de los jefazos de la AMC una propuesta bastante arriesgada e interesante como poco, una serie sobre inadaptados en el mundo del narcotráfico fronterizo de los EEUU mezclando secundarios habituales de las películas modernas del cine negro con actores absolutamente desconocidos para ocupar los papeles principales, exceptuando el Walter White de Crian Cranston.

Nos encontramos en Albuquerque, ciudad del Estado norteamerican de Nuevo Mexico, donde el profesor de química de un instituto público descubre que tiene un cáncer de pulmón en fase 3, es decir, inoperable y mortal. Con el paso de los días son muchos los pensamientos que recorren su cabeza, entre ellos la necesidad de dinero que tendrá su familia (Skyler White, un ama de casa retirada de la contabilidad años atras, y Walt Jr. con parálisis parcial) a su muerte. Con motivo de ello, y gracias al afán exhibicionista de su cuñado (Hank, agente de la DEA), Walter se meterá de lleno en el mundo de la creación, distribución y venta de meta-anfetamina de las redes y cárteles más peligrosos de México y Nuevo Mexico, de la mano de su ex-estudiante y camello Jesse Pinkman.

Errónea e infructuosamente, se ha intentado comparar ésta historia con Los Soprano, incluso la publicidad de la serie (como la foto escogida para la entrada de este blog) pretende hacer alusión a ello, pero lo cierto es que cualquier parecido es pura coincidencia. Breaking Bad no es ni trata sobre la Mafia en ninguna de sus versiones, lo que no quiere decir que, con motivo de la historia, una consecuencia colateral sea la aparición de grupos mafiosos mexicanos y redes de distribución de droga. Esto no tiene nada que ver con el ideario mafioso italo-americano que llevó a los más altos niveles a Los Soprano.
Breaking Bad trata más bien sobre la inadaptación, sobre personajes inadaptados que se ven metidos de lleno en situaciones absolutamente ajenas a ellos, a su mundo y vida, o sobre cómo sobreviven en el día a día de una vida que no soportan, nunca creían que podrían vivir ese tipo de situaciones, como es el caso del profesor de química que acaba siendo un capo de la droga. De hecho jamás (hasta la 4º temporada, en la 5º ya veremos) llega a ser el verdadero capo de la droga de Nuevo Mexico, pues siempre surgirán sujetos que se encuentran por encima de los protagonistas en la pirámide jerárquica establecida en ese mundillo. Por tanto, el tema central de esta serie es "los inadaptados". En este sentido, la serie se encuentra infinitamente más cercana a otras propuestas como Weeds, A dos metros bajo tierra o incluso Nurse Jackie, en cuanto a que lo importante no es el narcotráfico ni la droga, incluso tampoco la violencia, sino ver cómo Walter White se desenvuelve en un estanque totalmente ajeno. Podría ser una doble vida autoimpuesta (Nurse Jackie), una funeraria con una familia desestructurada (A dos metros...) o un niño sociópata que busca descargar su enfermedad con criminales que escapan a la justicia (Dexter) pero, como en Weeds, lo que le ha tocado al bueno de Walter es lidiar con capos depravados y sanguinarios de la meta-anfetamina.

De todas las temporadas creo que la mejor es la 1º, que es la realmente novedosa y que explota ese conflicto antes mencionado, que es la justificación para rodar esta serie, así como la evolución de Walter, la cual no será del todo bien tratada en las siguientes temporadas. Todas ellas tienen momentos espectaculares, el comienzo de la 2º temporada es de los mejores que pueden encontrarse en una serie de televisión, también la evolución de jesse y su historia con Jane, pero en muchos momentos no sabe tratar los tempos, no sabe cómo acabar y empezar con auténticos clímax de la historia, desperdiciándolos a mitad de temporada o cuando llevamos 3 o 4 capítulos, de modo que el resto de la temporada se vuelve un poco monótona, como es el caso en el que se centra la historia en el matrimonio de Walter y Skyler. El verdadero punto negativo de la historia, en mi opinión, viene a ser esa manera de llevar a cabo los tempos de la historia y los cambios de guión. Tampoco me gusta el ritmo en la evolución del personaje de Walter (hay avances y retrocesos constantes y excesivos que hacen alargar hasta la saciedad algo que es evidente que debe ocurrir), en cambio la de Jesse está muy lograda.
Otro de los puntos positivos de la serie son sus personajes, imposibles de olvidar esos Hank, Saul Goodman o Mike, personajes secundarios como la familia Salamanca que le dan a la historia momentos grandiosos.

Todavía queda una última temporada por ver, de modo que la evolución del personaje debe continuar en la misma línea marcada de los primeros compases de la serie, veremos si el tema del cáncer está totalmente olvidado, veremos quiénes son los comparsas de Walter (sabemos que el malo será él, pero dudo mucho que sea la única oferta de la serie) y veremos cómo reacciona Jesse cuando conozca los fantasmas de Walter.

En resumen, Breaking Bad es una serie muy entretenida (que es lo más importante), inteligente, produce una enorme alegría recuperar a un gran actor como Cranston, con un guión y unas interpretaciones fantásticas que, con motivo de los fallos antes apuntados, nunca estará a la altura de las grandes series como Twin Peaks, Los Soprano, Roma, Hermanos de sangre, Deadwood o The Wire, pero sí llegará al escalón inmediatamente inferior, por tanto, será siempre muy recomendable.

jueves, 1 de marzo de 2012

Silverado




" Esto es un mal comienzo "



Seguimos montando appaloosas para acercarnos un poco más a ese género diverso, a pesar de que parezca lo contrario, llamado Western, esta vez moviéndonos en los terrenos de los caminos más modernos del mismo en los años 80. En concreto en el año 1985 Lawrence Kasdan (Fuego en el cuerpo, Reencuentro) se pondría manos a la obra para realizar una rara avis en su filmografía, Silverado, intentando recoger el testigo de películas como Forajidos de leyenda, que ya había intentado modernizar el género sin mucho éxito. Sin duda alguna, uno de los grandes aciertos y éxito de la cinta es el reparto con el que logra contar, un jovencísimo y novato Kevin Costner, un fantástico Kevin Kline, Scott Glenn haciendo un papel muy similar a los que suele interpretar y Danny Glover, en las botas de los 4 protagonistas. Se redondea el asunto al introducir a secundarios de la talla de John Cleese, Jeff Goldblum o Brian Dennehy.

La historia comenzará con el intento de asesinato de Scott Glenn y su huida en busca de su hermano (Kevin Costner) para lograr asentarse en alguna zona del territorio de California, estos serán los hermanos Emmett, recogiendo por el camino al aventurero Paden (Kevin Kline) y a un 4º vaquero de raza negra (Danny Glover). Todos ellos se ven envueltos en diversas historias de las que tendrán que valerse de todos los recursos a su alcance para poder desembocar en el enfrentamiento final con el sheriff Coob, de la ciudad fronteriza Silverado, el matón a sueldo del cacique local, el cual busca venganza contra los hermanos Emmett por una afrenta del pasado que une íntimamente ambas familias.

Antes de nada, sobra decir que hay clarísimos elementos en común con películas como El Dorado, Los siete magníficos o incluso Sin Perdón (aunque esta es posterior), dado que encontraremos a un grupo de vaqueros que se elevan como los vengadores de todos aquellos forajidos y corruptos que aparezcan a lo largo de la cinta. De hecho, la primera hora de película la historia viene a mostrar eso mismo: el rescate de Costner por una ofensa de la que no es culpable, el intento de asesinato de Emmett, el enfrentamiento de Paden con los hombres que le asaltaron robándole el caballo, el sombrero y su revolver, o los problemas que surgen derivados por la raza negra de Glover. Todo ello deja bien definida la intención de Kasdan con ésta película: la intención no es revitalizar el género, sino realizar otra gran película del Oeste metiendo unos cuantos homenajes a diversas cintas entendidas hoy como auténticos clásicos.

Realmente creo que ese es el problema, la falta de ambición de la cinta, es un lastre importante que no le hace resaltar verdaderamente dentro del género de todos los tiempos, aunque bien es cierto que el éxito y resultado es bastante superior a otros títulos de la década (y posteriores). Si lo comparamos con las aportaciones de Eastwood a partir de los años 80, veremos que la ausencia de ambición y lirismo de ésta película la dejan como un mero entretenimiento, nombre a resaltar dado la época en la que nos encontramos (momentos en los que el género se encuentra entre estertores), en fin, como una buena película de aventuras.

Los puntos positivos son indudablemente su reparto, recogiendo a 4 o 5 de los mejores actores que había en la época. Gente que nos regala auténticas interpretaciones, cada uno perfecto en su papel, con características psicológicas muy diferentes unos de otros, lo que logra un equilibrio muy logrado y positivo para la historia. También el tono cómico que rodea toda la película está bastante bien ubicado, no queda fuera de lugar ni deja a los actores como bufones ante la pantalla (como sí le ocurría al James Bond de Roger Moore sobre todo en sus últimos años), aunque quizás se pase un poco en el personaje de Costner.

En definitiva, esto no es una renovación ni una reinvención del género (como si lo son El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford o lo intenta Valor de Ley), es un homenaje a los títulos, situaciones y chascarrillos más clásicos, perdiendo el costumbrismo de gente como Ford u obras como Las aventuras de Jeremiah Johnson, para acercarse más a la acción y aventura de películas como El Dorado, los ríos o Los siete magníficos.