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jueves, 3 de febrero de 2011

La Kermesse heróica (La Kermesse Héroique)





" Ni el infierno es comparable con la furia española "



Pasamos a analizar la película francesa La Kermesse heroica del año 1935, que fue dirigida por Jacques Freyder y protagonizada por Françoise Rosay y Jean Murat entre otros. Está filmada en blanco y negro y es realmente moderna para su época, tanto por su mensaje como por el guión y realización de la cinta.

Nada más comenzar se nos presentará la ficticia aldea flamenca (nos encontramos en 1616 en Flandes, momento en que se encuentra bajo dominación española) en un tiempo anterior a las sublevaciones contra la Corona española, por diversos motivos, aunque fundamentalmente religiosos. Ya desde pronto veremos que son importantes los planos largos y generales, donde se ven numerosos personajes pero en todo momento la cámara se centra o da prioridad al personaje que sea básico para ese momento narrativo de la historia.

Llegamos a un pueblo que se prepara para celebrar una Kermesse, una festividad local, por lo que todos se preparan para el acontecimiento: tanto un grupo de soldados del pueblo que (intentan) aprender a usar el arcabuz, como los jerifaltes de la villa (con el Burgomaestre a la cabeza) que están siendo retratados por un pintor a lo Reubens. Ya desde estas imágenes vemos el tono cómico y satírico que dominará toda la película, pero sin caer en el absurdo, lo que sin duda es uno de los motivos por los que se constituye en un título indispensable para los amantes del cine francés. En estos momentos descubriremos la subtrama de la cinta, por la cual la hija del Burgomaestre quiere casarse con el pintor del cuadro, y no con el pretendiente elegido por su padre (más por motivos económicos que por otra cosa, aunque la cinta dulcifica mucho estas cuestiones que a la vez critica, lo que es a su vez tónica general de toda la historia).

En estas estamos cuando aparecen dos emisarios arrasando con todo lo que pillan a su paso, con pintas realmente curiosas, para anunciar la próxima llegada del Conde-Duque de Olivares, tristemente conocido en esta zona de Europa, para pasar escala en su viaje por Flandes, junto con toda su corte y guardia personal (integrada por los, no menos tristemente conocidos, Tercios). De modo que todos los hombres que hay en la aldea huirán horrorizados a esconderse en las casas rezando porque la comitiva pase de largo.

Pero no todo el pueblo decide esconderse. Las mujeres, y en especial las de los jerifaltes, decidirán tomar las riendas de la situación y continuar con los preparativos del festejo, así como recibir a la comitiva hispánica y ejercer como buenos anfitriones. Una imagen fundamental de la crítica de la película me parece que sería la llegada del carromato de la que se bajan el Conde-Duque, el enano bufón y el capellán con aires inquisidores, magnífico e inteligente reflejo de lo que era España en aquellos tiempos. Es una imagen que resumiría extensas líneas de datos que yo pueda aportar al respecto, poder político y religioso unidos en el gobierno, para dedicarse más a divertirse en la Corte, que a buscar soluciones.

Es una película muy sorprendente por muchos motivos: lo primero de todo que la imagen de los Tercios es muy, y resalto el muy , dulce comparada con lo que ocurrió en la realidad. No olvidemos la famosa "leyenda negra" española, que no hizo sino hacerse justicia durante la ocupación flamenca. Probablemente tuvo más reflejo con la realidad las tenebrosas imágenes que se muestran al principio del film narradas por uno de los jerifaltes del pueblo sobre lo que ocurrirá con la llegada de las tropas imperiales.

Pero ya estamos olvidando que esta es una comedia de tintes dramáticos, los pocos, y que no está buscando verosimilitud histórica, que ya está consiguiendo, por cierto, con la excelente ambientación, la vestimenta (nunca he visto un vestuario tan evocador de este tiempo barroco) y los geniales escenarios que solo pueden haber sido sacados de esos pueblecitos holandeses que tantas alegrías nos dan a los que vamos, o hemos ido, de turisteo.

Siguiendo con la cinta, tiene puntos buenísimos, como el tabernero que no quiere saber nada de estos soldados para luego comprobar que está haciendo su agosto particular, o las mujeres que se meten en las habitaciones de capitanes y sargentos, la costurera que se apresura sobre los brazos del teniente, pero no sobre los de su marido. Tampoco es de desdeñar la representación del capellán, magnífica en todos los sentidos: esa doble moral, cínica e hipócrita que ha caracterizado, desgraciadamente, a grandes sectores católicos a lo largo de la Historia. Los únicos errores que yo aprecio de guión son dos pequeñas erratas: por un lado, la hombrera que la mujer se presta a coser es la situada en el hombro derecho del capitán, mientras que posteriormente se encuentra en la izquierda. El segundo sería en el propio capellán, cuando al principio bebe vino tinto, pero luego alega que solo bebe blanco. Pequeñeces sin importancia.

Como ya habéis advertido, hay una clara crítica implícita en la cinta sobre la igualdad de la mujer, pero no olvidemos la homosexualidad latente en uno de los jerifaltes y un teniente español, que no se dedican a otra cosa sino a hacer punto de cruz mientras el resto se divierte en la taberna, otro de los puntos fuertes de la película.

En definitiva, una muy buena cinta, agradable de ver, con buenas interpretaciones y una historia divertida.

7 comentarios:

  1. Piru lo ha dicho.
    Es una magnífica película moderna de 1935.
    Sobre la decoración, amor por el detalle, el vestuario, la fotografia, o la profundidad de campo decir que el director quiere que estemos como en uno de los famosos cuadros flamencos que inspiran la película en su parte visual. pues no en vano la Kermesse era una de las escenas recurrentes y más queridas por aquellos excelentes artistas. Hasta tal punto hablamos de un equipo artisitico culto, con sólo darnos cuenta de las referencias a los españoles que encajan en la picaresca y en la obra de Velázquez.
    Como también cómico y desenfadado es su desenlace, lo que no consiguen burgomaestres ni fuerzas vivas, lo hacen las faldas. El miedo escénico, la amenaza formidable de la furia española se diluye entre licor,risotadas y algún que otro suspiro.
    Con respecto a la leyenda negra, es justo decir que fue asumida por los españoles antes que fuera deformada y propagada por la misma propaganda que hace poco trataba a Grecia como si fuera Haiti.El mismo espíritu.Por desgracia los peores desmanes de los tercios, con mayoría alemana los sufrieron los propios católicos en zona controlada por la corona hispana debido a una perentoria falta de soldadas.

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  2. Edu, gracias por tu comentario, espero no estar forzándote demasiado entre crónica y crónica sin tiempo para tomar un respiro jejeje. Es muy buena tu apreciación sobre el arte intrínseco a la puesta en escena de esta historia, ya que cada escena pretende ser eso mismo.
    Me chocó lo moderno del mensaje y lo cómico que torna un tema realmente serio. Me gustan mucho las sutilezas que tornan en verdaderos mazazos de crítica. Muy buena película.

    Un saludo

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  3. Bueno, realmente no entiendo esa manía de los españoles con su leyenda negra. Que yo sepa, Olivares era un político muy poco santo pero serio y trabajador que realmente trató de detener la caída de un imperio. Nada que ver con lo divertirse en vez de trabajar.(ese era problema más bien de la nobleza española, no tanto de Olivares).

    En cuanto a los inquisidores pues no olvidemos que en el Barroco había fánaticos religiosos de todos lados, no era algo exclusivo del catolisimo. (sin que éste este limpio de su parte de culpa) y los tercios eran el mejor ejército del mundo en aquel entonces, con mucha más disciplina y orden que los ejércitos franceses, suecos, daneses y alemanes que tantas salvajadas cometieron en la guerra de los treinta años. Por lo demás, los españoles eran la columna vertebral del tercio, pero ni de lejos los únicos que lo componían. Sobraban alemanes, italianos, flamencos (sí también los había) y demás. Lo mismito que los libios eran la columna vertebral del ejército cartaginés, pero ni con mucho los únicos que formaban parte de él. O los romanos que tenían galos, dálmatas, iberos y demás por toneladas en sus legiones.
    En cuanto a las atrocidades cometidas por los españoles pues no eran mayores que las de los mendigos con patente de corso de guillermo de Orange. Vamos, que me parece que hay mucho peisimismo como si todos esos desmanes sólo los hubieran cometido nada más ustedes en ese período histórico. Comparando con la francia de Luis XIV ustedes no eran mejores ni peores, pero a veces me parece que se las han arreglado para recordar solo lo malo...

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  4. Reti, muchas gracias por tu comentario, la verdadque dices cosas bastante interesantes, y no te falta razón en niguna. La leyenda negra está ahí: la conquista de América y cómo se hizo, las técnicas de los Tercios en Flandes, etc, esto ocurrió y no hay que darle más vueltas. Estoy contigo en que no fue mejor ni peor que otros países, todos tienen su cajón de los secretos....y el tema de los inquisidores es muy representativo que, a pesar de las novelas y películas, en España prácticamente no se quemó en la hoguera a nadie. Dicho esto, es cierto que a los españoles "nos gusta" demasiado flagelarnos por todo aquéllo, y a algunos "rivales" de aquéllas épocas también les encanta vernos agachar la cabeza al oír estos hechos.
    Estoy contigo en que no se puede pedir disculpas eternamente, pero sin olvidar que las cosas sucedieron de una determinada manera.

    Un saludo Reti, me alegra verte comentando por aquí.

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  5. Bueno, todos los países tienen sus peculiaridades. Cuando yo estudiaba bachillerato si no lograbas pasar una materia tenías la opción de hacer una investigación especial para no salir reprobado. A muchos profes les molestaba el trabajo de hacer la dirección del alumno cuando ya estaba reprobado y ya tenían las notas, así que mandaban hacer trabajos imposibles. (O por lo menos eso era lo que se decía: no olvidemos que la excusa venía de alumnos que habían reprobado, o sea que no era una fuente muy confiable) y uno de ellos era famoso por un trabajito "misión imposible". Se pasaba la materia con 20 puntos máximio y 12 mínimo. El trabajo del profe era encontrar grandes pensadores españoles de la época que fuera (pero obligatoiriamente todos de nacionalidad española) que le hubieran legado a la posteridad una visión optimista de la época que le tocó vivir a su país. Ganabas un punto por cada nombre y apellido que mencionabas. Nesecitabas una docena como mínimo para pasar.

    Nadie nunca lo logró.

    Parece que desde Baltasar Gracián hasta Cela pasando por Azorín todos los intelectuales españoles son pesimistas.

    Al profe lo apodaban "misón imposible".

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  6. Jorge Luis Borges29 de junio de 2011, 2:24

    Bha, Tampoco te creas que eso sea tan raro.

    En mi país tenemos un chiste de Mafalda muy célebre que lo dice todo.

    La maestra de geografía económica le dice a Mafalda: “Vamos a ver si vos sabés la lección sobre nuestro suelo, clima, fauna y recursos agrarios. A ver, décime: ¿Nuestro país es uno de los principales productores mundiales de…?”

    Y Mafalda le contesta:

    “Pesimistas”.

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  7. Sporados, muchas gracias por tu nueva visita y comentario, es muy buena la anécdota sobre los 12 pensadores optimistas, yo personalmente dudo de encontrar ni 6 jeje, el mote estaba muy bien buscado sin duda.

    Jorge Luis qué alegría tenerte de nuevo por aquí! y qué estupenda Mafalda siempre diciendo verdades como puños con una absoluta sencillez.

    Un abrazo a ambos!

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