
" Esta bala se veía venir hace 20 años.."
Antes de nada, no me he olvidado del ciclo de películas votadas para analizar, pero por los problemas que he tenido con la línea todavía no he podido terminar las críticas, por lo que os dejo de momento un pequeño aperitivo con la promesa de comenzar en la próxima actualización (que volverán a sucederse de forma periódica y regular). En este momento, nos situaremos en el año 2010 y con la cadena Fox, momento y canal en el que se estrenó Justified, o como se la conoce en España La ley de Rayland.
Tras terminar la 2º temporada, lo primero que me viene a la cabeza es la facilidad con la que se hacen series entretenidas, con buenos personajes y tramas interesantes en el otro lado del charco. Cierto es que el número de estrenos cada temporada es realmente elevado y, por consiguiente, el número de cancelaciones y fracasos también crece año a año. Tampoco hay que olvidar que las repeticiones y sucesivas copias de modelos ya explotados (como la fórmula Twin Peaks de la que hablaremos largo y tendido más adelante) están a la orden del día, pero esto es lo que dota de algo especial a Rayland.
El personaje surge de una serie de novelas y un relato escritos por uno de los maestros del western y la novela negra contemporánea: Elmore Leonard, importante novelista que empezó trabajando westerns como El tren de las 3.10, tanto clásicos como modernos, y quizás no ha tenido tanta repercusión como la que debería en nuestro país.
Rayland Givens es un U.S. Marshall, un agente de la Policía Judicial (cuerpo policial encargado de todo lo relativo sobre los presos, vigilancia penitenciaria, traslados, etc), destinado al condado de Harland, región del Estado de Tennessee en la que se crió con una amalgama de personajes y clanes familiares absolutamente grotescos. Pero grotescos en un sentido realmente positivo, ya que es uno de los motivos que hacen especial ésta serie. Entre ellos conoceremos a los Crowder, los Givens y los Bennet, principales familias enfrentadas en todo aquello que sea ilegal y lucrativo en el condado.
La serie consta de dos temporadas (contratada para este año la 3º) a lo largo de 24 capítulos, y podríamos considerarlas un tanto esquizofrénicas, ya que son bastante diferentes en varios apartados, empezando por su calidad.
La primera sirve a modo de introducción acerca de los personajes, historias secundarias y, sobre todo, el tono general en el que se desarrollará la serie entre ironías del protagonista y personajes secundarios a cada cual más pintoresco. Precisamente es una circunstancia destacable de la serie: los enemigos a los que se enfrentará Rayland, por un lado, y sus compañeros en la Oficina Judicial y vecinos del pueblo, por otro. Todo ello configura un marco profundamente rural, de esa América a lo Matanza de Texas, Defensa, e iconos como la bandera sudista, la repetitiva melodía de Dixie o el Ku Klux Klan y los prejuicios raciales. Pero también el famoso pollo frito de Kentucky, el Bourbon, los sombreros vaqueros y la música Folk.
Todo ello será parte fundamental de las sucesivas historias que irán aconteciendo a los protagonistas.
Volviendo a esa primera temporada, es posiblemente el peor enemigo de la serie, por encima de guionistas en huelga, patrocinadores descontentos o audiencias traicioneras, me explico: según van transcurriendo los capítulos puede percibirse algo especial en ese vaquero Rayland que tira de gatillo cual Gary Cooper en Sólo ante el peligro, o en ese Boyd Crowder que cree ser un mensajero de Dios a golpe de metralleta y explosivos, e incluso en el jefe de Rayland y sus compañeros (perfectamente interpretados). Pero no es menos evidente que no hay una línea temporal diferenciable en la serie, la mayoría son capítulos sueltos auto-conclusivos en los que no da tiempo a empatizar con los personajes nuevos, ni tampoco a recordar las tramas familiares que se desarrollan entre los Givens y los Crowders. Esto hace que el espectador vea una serie interesante, incluso amable, pero sin mucha más motivación para engancharse realmente a sus personajes.
Lo realmente bueno se presenta en la 2º temporada, en la que entrarán en escena los Bennet, donde sí tendremos una línea temporal diferenciable del resto de historias auto-conclusivas. Y el papel fundamental para el desarrollo de la historia lo tendrá una niña de poco más de 12 años, Loreta, quien será acogida por la matriarca Mags Bennet, una enorme mujer que dirige su familia con mano de hierro, controlando el negocio de la marihuana y llevando a cabo tratos en la trastienda de su casa con importantes multinacionales que pretenden hacerse con los yacimientos mineros de la región.
Sin duda es aquí donde vemos lo que puede dar de sí realmente ésta serie, donde los personajes se desmelenan y las historias pueden discurrir con fluidez entre tiros y paletos.Poco más que añadir a una grata sorpresa como alternativa a las geniales Sopranos o The Wire en lo que al género negro se refiere, aunque carezca de su calidad. Quizás, siendo temáticas absolutamente diferentes, se encuentre en un escalón más cercano a Sons of anarchy.