
"Jamás nos quitarán la libertad"
Bueno, saltándome el orden, pues ahora tocaría una cinta del western, me centro en esta película del año 1995 protagonizada por Mel Gibson, encarnando a un personaje histórico escocés que lucha por la independencia de su pueblo respecto del imperio Inglés.
Asistimos a su niñez, en el 1280, y vemos los primeros focos de resistencia a Eduardo I, rey de Inglaterra, que pretende anexionarse la corona de Escocia aprovechando que ésta no ha tenido herederos. Veremos al padre de William que será asesinado por los ingleses en el campo de batalla tras descubrir que han tendido una trampa a los líderes de los poblados rebeldes cuando supuestamente iban a parlamentar.
En ese contexto William se marchará a Europa con su tío para recibir una buena formación, volviendo ya de adulto a su pueblo para casarse con una amiga de su infancia. Tras un rato un tanto soporífero de la película en el que asistimos al cortejo, solo amenizado por una magistral banda sonora, veremos como una desgracia la abocará a la lucha encarnizada con los ingleses y a ser el abanderado del movimiento independentista en la región.
Respecto de su veracidad histórica, en líneas generales, es más o menos cierto respecto de los acontecimientos de envergadura, aunque cambian algunos detalles. Es cierto que existió un héroe escocés que se convirtió en el símbolo de la lucha contra el ocupante inglés, pero cambian algunos detalles:
1. El padre de William no era un campesino, sino un terrateniente con tierras que iba a seguir la carrera eclesiástica en un principio.
2. El derecho de pernada, que aparece en la película como uno de los desencadenantes de la principal tragedia, no existió como tal, se introduce para darle a los ingleses una apariencia más vil.
3. La esposa de Wallace era Marian, pero se cambió el nombre a Murron para evitar confusiones con la Lady Marian de Robin Hood, y William ya había comenzado a hostigar a los ingleses antes de conocerla.
4. La princesa Isabel no llegó a Inglaterra hasta años después de morir Wallace y Eduardo I, para casarse con Eduardo II, príncipe de Gales.
5. La batalla de Stirling no ocurrió realmente como se nos cuenta en la película, el discurso de Wallace posterior está, en reaidad, inspirado en el Enrique V de Shakespeare, pero modernizado a lo S XX.
7. El guión de la película se inspira en el poema de un noble escocés contemporáneo a Wallace, pero extrapola todo el tema de los nobles corruptos, cuando en la realidad éstos también lucharon contra los invasores.
8. Wallace recibe en Falkirk un flechazo en la garganta, y no en el pecho, pero consigue sobrevivir. Eduardo I no puedo conquistar una zona del país y Robert Bruce y otros continuaron la resistencia hasta la paz anglo-francesa y la caída del castillo de Stirling.
9. Aunque los irlandeses eran usados como carne de cañón, es muy improbable pensar en un cambio de bando con los escoceses.
10. Algo que no refleja la película es como Wallace busca apoyos en Europa, pero éstos se ven frustrados por la paz anglo-francesa. En cambio, se nos muestra como buscan apoyos en Irlanda.
11. La tortura a la que fue sometido es aún más brutal que en la película, par terminar siendo decapitado. Fue traicionado por uno de los nobles a cambio de unas monedas.
Es una película poco más que entretenida, no me engaño a pesar de que en mi infancia estuvo presente mucho tiempo junto a El último mohicano, pero es interesante verla y descansar la mente un rato. Es una película de acción y pseudo-historia, en la que los ingleses son muy muy muy malos y los escoceses están oprimidos. Aparece una figura que engloba toda la cólera con colores azules, que no descansará hasta que vea expulsados a los ingleses de su tierra, o hasta estar muerto, probablemente motivado por una venganza personal.
Veremos como van cosechando algunas victorias, pero en realidad esto no habría sido más que un pequeño dolor de muelas para Eduardo I, recordemos que estamos viendo en acción al mejor ejército europeo en la época (hasta la llegada de los Tercios y la famosa caballería francesa) por lo que pensar o intuir, como hace la película, que había una mínima posibilidad de expulsar al invasor es poco menos que irrisorio.
Me gusta esta película porque creo que podría plantearse un pequeño debate en torno a ella: hace poco el Major Reisman la incluyó en una lista de títulos belicistas, por motivos obvios, y yo le comenté que esto era algo cuestionable. Es decir, una película belicista me encaja como una exaltación del ejército, las armas, etc. Por ejemplo Cuando éramos soldados, creo que es uno de los ejemplos más claros. Pero éste título yo lo relacionaría con la autodeterminación, le dije al Major. El, muy prudentemente me contestó que es difícil pensar en esos términos para esta época. Y es cierto.
Si yo llamo autodeterminación a este pensamiento o sentimiento estoy cometiendo un anacronismo, porque no existía ese concepto para esta época. Pero creo, que precisamente de esto trata la película, de la independencia y no del belicismo o de un panfleto para exaltar Escocia.
Lo primero, haría una diferenciación entre independencia y autodeterminación, porque no creo que sea un subproducto de nuestros tiempos, más bien creo que el primero entraña un proceso caracterizado por la violencia que pretende destruir todo el sistema y estructuras existentes, para crear otras nuevas. El 2º en cambio supone alterar los vínculos de dependencia existentes entre metrópolis y periferia, a todos los niveles, pero no incluye un proceso violento. Que nadie pretenda instruir mi inocencia argumentando la Argelia de la Organización del Ejército Secreto o el Congo de Patricio Lumumba, porque se perfectamente que en numerosos procesos asistimos a un escenario de violencia, pero yo hablo sobre el papel, sobrel el concepto. Es un proceso idealmente pacífico que se ve gestionado incluso por una organización internacional con mecanismos y medidas para acceder a la independencia: no sólo ésto, sino que además encontramos una obligación a las metrópolis para favorecer dichos procesos, de modo que encontramos un entramado institucional que la independencia no tiene.
El debate va en la línea de si estamos ante una película belicista o más bien el mensaje es de autodeterminación: yo entiendo que Cuando éramos soldados, además de un panfletillo, es belicista. Pero no así lo entiendo con esta película, porque creo que hay un innegable mensaje que articula la propia película: la libertad. La libertad del oprimido frente al invasor, del débil frente al fuerte, y la obligación de éste a levantarse en armas contra el 2º. Por ahí van los tiros.
Crítica del Major Reisman